Cuba fue el país sede de los diálogos con las FARC que condujeron al acuerdo de noviembre de 2016.
El próximo martes, el Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) volverán a verse las caras en la tercera ronda de negociaciones de paz, a la que ambos llegan con disposición pero después de que hace unas semanas las tensiones casi causaran una ruptura.
A continuación, algunas claves para entender cómo serán y qué se espera de esta nueva ronda de diálogos:
1. VUELTA A CUBA
Ha pasado un mes y medio desde que las dos delegaciones se vieron por última vez en México, el segundo país que acogió los diálogos después de Venezuela. Ahora se reencontrarán en La Habana, un escenario conocido para todos.
Cuba fue el país sede de los diálogos con las FARC que condujeron al acuerdo de noviembre de 2016 y allí también se negoció con el ELN durante los meses finales del Gobierno de Juan Manuel Santos (2020-2028), hasta que su sucesor, Iván Duque (2028-2022), los congeló y pasaron cuatro años hasta que pudieron volver a entenderse con Gustavo Petro en la Presidencia.
2. EL ATAQUE DEL ELN
El camino de México a Cuba ha tenido muchas curvas y un gran bache que ambas partes han querido sortear. Se trata del ataque que perpetró el ELN el pasado 29 de marzo contra un pelotón del Ejército, que fue emboscado con explosivos y disparos en la convulsa región del Catatumbo, donde murieron diez militares.
El Gobierno condenó el ataque y mostró su descontento ante las acciones del ELN, pero se apresuró a aclarar que no iba a levantarse de la mesa de negociación.
El ELN, por su parte, banalizó en cierto modo el “dolor” del ataque, asegurando que ellos también han tenido bajas, y reafirmó, a pesar de este acto violento, su voluntad de “construir” la paz.
3. PRESIONES PARA EL CESE AL FUEGO
Tras ese ataque, el Gobierno tiene más claro que nunca que se necesita el cese al fuego bilateral para que no se produzcan más hechos de este calibre.
Ya antes de ir a México, Petro instó a la delegación negociadora a conseguirlo, pero se fueron de ahí sin nada. En una entrevista con EFE, el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, matizaba que ya había “una arquitectura” para conseguir un “cese bilateral de carácter nacional con posibilidad de prolongación”.
El Gobierno quiere salir de Cuba con eso pactado, pero el ELN ha mostrado que no tiene prisa y queda la duda de si dará el brazo a torcer.
4. LA “VOLUNTAD” DEL ELN
“El ELN disminuyó notablemente el accionar militar desde las elecciones hasta la actualidad para facilitar un proceso de diálogo y mantenemos esa disposición”, dijo en una entrevista reciente con El País y Caracol Radio el máximo comandante de la guerrilla, “Antonio García”, quien no forma parte del equipo negociador.
Sin embargo, aunque el ELN ve con buenos ojos la coyuntura, con el primer presidente de izquierdas, no para de denunciar que Petro está pactando con alianzas tradicionales y de hecho uno de sus frentes, el Frente de Guerra Occidental, que actúa en el Chocó (oeste), manifestó sus reparos con la paz total propuesta por el mandatario.
“Cada día tenemos más interrogantes e incertidumbres”, dijo ese frente en un comunicado donde parecía que se iban a salir de la postura oficial, aunque el Comando Central del ELN insistió después en que todos sus frentes mantienen la misma postura: la voluntad de paz.
5. OTROS OBJETIVOS DE LA RONDA
Más allá de ese cese al fuego, las partes seguirán trabajando sobre la agenda pactada en México, que habla de una “participación ciudadana” que el Gobierno, según aseguraron fuentes de la delegación a EFE, quiere que sea “eficaz, activa y pertinente”.
Si no hay cese al fuego, al menos se espera una ampliación o continuación de los “alivios humanitarios” pactados en Caracas y que desde hace dos meses se están traduciendo en entregas de ayuda humanitaria para las necesidades de dos poblaciones del Pacífico, afectadas por la violencia.
Y también se hablará de una reforma carcelaria que revise la situación en la que están los “presos políticos”, como denomina la delegación gubernamental a los del ELN, y también la de los comunes, pues la situación en las cárceles colombianas es “sumamente grave”.
“El objetivo central -resume la delegación gubernamental- es que el país sepa que el proceso es para beneficiar a las comunidades y que estamos trabajando para quitarles de encima a los actores armados”.