La mina Cobre Panamá, contribuye a la economía mediante miles de empleos directos, significativo aporte al PIB nacional y múltiples cadenas de valor producto de compras a miles de proveedores locales.
La Cámara Minera de Panamá (CAMIPA) expresó su satisfacción ante la reciente aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) categoría III del proyecto minero Cerro Quema, ubicado en la provincia de Los Santos, entre los distritos de Macaracas, Las Tablas y Tonosí.
En un comunicado de prensa, el gremio acotó que se trata de un hito fundamental que todo proyecto minero debe completar y el que ha incluido una minuciosa revisión y verificación de sus componentes y compromisos ambientales, sociales y económicos por parte de las autoridades competentes, para asegurar la adecuada prevención, protección, mitigación y compensaciones requeridas de acuerdo al entorno del proyecto.
Por otro lado, “vemos con complacencia que luego de un arduo proceso de negociaciones entre las partes, que permitió llegar a un acuerdo que aporta muchos y mejores beneficios al Estado en materia económica, ambiental y social que el contrato previo, el Consejo de Gabinete ha autorizado la firma del nuevo contrato entre Minera Panamá, S.A. y el Estado, hecho que marca otro paso muy importante en el aprovechamiento responsable e inclusivo de nuestra enorme riqueza mineral, y que esperamos complete pronto su camino de convertirse en Ley de la República”.
“En el momento actual, es pertinente poner de relieve el ejemplo de Cobre Panamá con el que se ha demostrado que la minería hecha de manera responsable es un motor de desarrollo sostenible para el país y las comunidades y que dado nuestro enorme potencial minero metálico es posible replicarlo en zonas como la del proyecto Cerro Quema en Tonosí y otras ubicadas en las zonas rurales del país”, apuntó CAMIPA.
La mina Cobre Panamá, contribuye a la economía mediante miles de empleos directos, significativo aporte al PIB nacional y múltiples cadenas de valor producto de compras a miles de proveedores locales, lo que a su vez genera más empleos, impuestos, gastos e inversiones. La región donde opera la mina es la zona del interior donde por primera vez en la historia, el salario promedio llega a ser mayor que en la Capital del país y a ello debemos sumarle además el significativo aporte fiscal al Estado logrado con el nuevo contrato y los beneficios de la infraestructura pública que se ha desarrollado en el área.
La mina también genera muy importantes aportes al desarrollo ambiental sostenible del país mediante innumerables actividades de conservación y manejo ambiental en sus áreas adyacentes y otras áreas protegidas, a través de múltiples programas de protección de la biodiversidad (fauna y flora), conservación de especies nuevas y en peligro de extinción, monitoreo comunitario participativo de calidad del agua y de otras variables hídricas. La mina es el mayor reforestador del país.
En la dimensión social, mediante capacitaciones en emprendimiento y producción agropecuaria sostenible, se ha creado una cooperativa que aglutina a unos 250 agricultores de la zona, que vende más de B/. 3 millones anuales a la mina y que ahora también comercializan sus productos agropecuarios a nivel nacional. De igual manera, ya se están constituyendo dos empresas ecoturísticas en las comunidades locales para aprovechar la enorme belleza escénica y potencial turístico del área.
Todo lo anterior, contrasta con el panorama previo a la mina en la zona, que era uno donde la economía local estaba dominada por actividades ilegales como el narcotráfico, por la deforestación indiscriminada, la tala ilegal de especies valiosas, la agricultura de subsistencia y la falta de oportunidades de educación, salud e infraestructura básica.
“Ante el enorme contraste positivo generado por la mina de Donoso, los panameños debemos considerar el hecho de que el desarrollo responsable de nuestro enorme potencial minero metálico, genera un vital mecanismo para eliminar la gran desigualdad que existe entre la ciudad Capital y el interior del país, y que al tratar de frenar el desarrollo del sector minero sin estar informados adecuadamente nos convertimos en instrumento para perpetuar esa desigualdad, evitando que se replique el modelo de desarrollo sostenible en otras áreas rurales, como es el caso del proyecto Cerro Quema en Tonosí”, remarcó CAMIPA.
Agregó que para que los beneficios de esta minería responsable que impulsa CAMIPA, trasciendan a las presentes y futuras generaciones, “hemos promovido y apoyamos técnicamente el proceso ya emprendido por el Gobierno Nacional junto a entidades internacionales, para qué la institucionalidad, la política minera del país y el marco legal del sector minero sean modernizados y que vayan de la mano con el desarrollo del sector, promoviendo las mejores prácticas y estándares; mitigando sus riesgos y potenciando sus beneficios para aprovechar, de manera responsable y eficiente, las grandes reservas minerales que tiene Panamá, y así aportar cada vez más a la mejora de la calidad de vida de todos los panameños”.
CAMIPA reitera su compromiso de continuar haciendo docencia e informando a través de una conversación honesta y basada en hechos reales y no suposiciones, para que nuestro país y sus pobladores, especialmente al interior del país, conozcan los hechos, puedan percibir y se beneficien de los grandes aportes que el desarrollo del sector minero representa.