El trabajo presentado por IVI muestra cómo un nuevo método es capaz de distinguir con una precisión de un 95% endometrios de buen y mal pronóstico mediante la combinación de la transcriptómica con algoritmos de inteligencia artificial.
España es uno de los países de la Unión Europea con menor tasa de fertilidad y mayor edad media de madres primerizas, lo cual influye negativamente en la calidad de los ovocitos y, por ende, de los embriones generados con estos ovocitos, que en la mayoría de las ocasiones tendrán dificultades para implantar y dar lugar a un embarazo a término.
Ante este escenario, en los últimos 40 años, desde que se extendió el uso de la fecundación in vitro (FIV), la investigación en el área de la medicina reproductiva ha enfocado sus esfuerzos hacia el estudio y mejora de la calidad de los embriones. Sin embargo, el papel del endometrio es clave también, ya que es el lugar donde va a ocurrir la implantación del embrión y desarrollo temprano de ese futuro ser.
Este es el origen del trabajo titulado ‘A gene expression risk signature of endometrial failure for prognosis in In Vitro Fertilization (IVF) patients’, presentado en XXXIX edición del Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), celebrada recientemente en Copenhague.
“La investigación que presentamos en este marco científico, por primera vez, y gracias a la transcriptómica en conjunto con algoritmos de inteligencia artificial, ofrece un nuevo método con una precisión del 95% a la hora de identificar firmas genéticas que nos ayudarán a distinguir los endometrios con buen y mal pronóstico antes de iniciar un tratamiento reproductivo”, explicó la doctora Patricia Díaz-Gimeno, investigadora de la Fundación IVI y supervisora del estudio.
Además de identificar de manera pionera estos dos tipos de perfiles endometriales -de buen y mal pronóstico-, esta investigación nos permite encontrar entre estos dos perfiles una diferencia de un riesgo relativo 3 veces mayor en las pacientes con mal pronóstico de presentar un fallo endometrial -ya sea fallo de implantación, aborto bioquímico o aborto clínico-.
Hasta ahora, las herramientas que existen para evaluar el endometrio se han basado en identificar endometrios desplazados de la ventana de implantación sin haber demostrado mejoras sustanciales en las tasas de embarazo de las pacientes.
“Aunque son necesarias nuevas líneas de estudio para las pacientes que presentan endometrios de mal pronóstico, el poder distinguirlas de manera preventiva mediante el método que presentamos en la ESHRE es el punto de partida en la investigación de nuevos procedimientos que mejoren su diagnóstico y tratamiento, evitado el sufrimiento de las mujeres y parejas por una posible pérdida de embriones, y mejorando a su vez las probabilidades de éxito en sus procesos reproductivos. Estos prometedores resultados son un ejemplo más de nuestra firme apuesta por la medicina personalizada o de precisión”, añadió la Dra. Díaz-Gimeno.
En las últimas 4 décadas se ha estudiado en profundidad el embrión y se ha avanzado hasta el punto de saber seleccionar los de mejor calidad, consiguiendo que una mujer logre un embarazo al tercer intento en el 95% de los casos.
“El objetivo de esta investigación es conseguir mejorar el factor endometrial para lograr ese porcentaje de éxito del 95%, no en el tercer intento, sino en el primero. Actualmente, sin controlar dicho factor, la probabilidad de embarazo en un primer intento se sitúa en un 65%, aproximadamente, o 68% en el caso concreto de IVI”, apuntó la Dra. Díaz-Gimeno.
Cuando endometrio y embrión se comunican
Puede que el origen de los fallos reproductivos se encuentre en el embrión, en el endometrio, o incluso en la combinación de ambos.
Hay que tener en cuenta la compatibilidad entre embrión y endometrio, y el diálogo que se establece entre ambos, lo cual es esencial para una implantación embrionaria exitosa.
En este sentido, el trabajo ‘Extracellular vesicles secreted by the maternal endometrium functionally regulate processes related to embryo development and implantation in human blastocysts’, supervisado por la doctora Hortensia Ferrero, investigadora de la Fundación IVI, trata de describir moléculas secretadas por el endometrio y captadas por el embrión implicadas en este sistema de comunicación endometrio-embrión que también pueden ser la causa de algunos de los problemas de implantación.
“El endometrio materno secreta vesículas que son captadas por los embriones humanos y cuando el contenido de estas vesículas entra en el embrión regula en éste mecanismos moleculares implicados en mejorar la calidad embrionaria y, consecuentemente, su competencia para implantar. Estos hallazgos demuestran la importancia del sistema de comunicación entre el endometrio materno y el embrión a través de estos pequeños saquitos para que la implantación sea todo un éxito”, concluyó la Dra. Ferrero, supervisora del estudio.