Wall Street rompió con su buena racha y anotó una pérdida semanal en sus principales indicadores tras un inicio de agosto lastrado por la rebaja de calificación de la deuda de Estados Unidos por parte de la agencia Fitch.
En el cómputo acumulado, el Dow Jones de Industriales baja un 1,1 %; el selectivo S&P 500 cede un 2,27 % y el índice Nasdaq se deja un 2,85 %, que en este último caso marca su peor semana desde marzo.
El parqué neoyorquino recibió como un jarro de agua fría el anuncio de Fitch, que rebajó la calificación de la deuda estadounidense a AA+, un punto por debajo de la nota más alta, debido al crecimiento del déficit y el deterioro político.
Tampoco ayudó a levantar los ánimos el informe de empleo de EE.UU. publicado este viernes, que reveló una ralentización en las contrataciones en julio y un leve descenso en la tasa de paro hasta el 3,5 %, así como un aumento continuado en los salarios.
Estas noticias generaron volatilidad en el mercado de bonos del Tesoro, donde las ventas elevaron la rentabilidad del papel a 10 años hasta el 4,2 %, su mayor nivel desde noviembre del año pasado, lo que perjudicó a algunos sectores de la bolsa.
Los inversores siguen recabando datos sobre el estado de la economía para evaluar si la Reserva Federal puede pausar su campaña de subida de los tipos de interés en su reunión de septiembre, pero está por ver cómo evoluciona la inflación este mes.
Mientras tanto, la temporada de resultados cerró un capítulo importante con las cuentas de dos grandes tecnológicas, Amazon y Apple, que continuaron amasando beneficios – a ritmos distintos- en un trimestre marcado por los avances en la inteligencia artificial.
Amazon superó las expectativas y termina la semana con una revalorización acumulada del 5,5 %, mientras que Apple, que decepcionó al divulgar una facturación menguante y no ofrecer buenas previsiones de negocio, cedió un 7 %.
Según los analistas, ya han publicado sus cuentas la gran mayoría de empresas del S&P 500, pero sus beneficios en este último trimestre ha sido generalmente menor que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
En otros mercados, el barril de petróleo de Texas se encareció por sexta semana consecutiva y se situó este viernes en 82,82 dólares ante los recortes de producción de Arabia Saudí y Rusia que se alargarán hasta septiembre, en medio de la fuerte demanda.