Esta Fundación realiza su labor con la movilización de más de 300 voluntarios en las diez provincias y las tres comarcas del territorio panameño, con la mirada puesta en promover la equidad, la justicia social y el desarrollo social sostenible.
Con el objetivo de mostrar la importancia, la eficacia y el impacto positivo del trabajo humanitario, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) organiza cada año el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que en este 2023 tiene como lema “Estamos aquí pase lo que pase”.
En Panamá, dicho lema cobra vida con la labor humanitaria de organizaciones sin fines de lucro, como la realizada por la Fundación Yo Pinto una Sonrisa (YPUS), que trabaja en brindarle herramientas de educación a comunidades en riesgo social, así como también moviliza voluntarios a lo largo del país para brindar asistencia alimenticia, médica y para hacer las viviendas más seguras.
“A pesar de la ausencia de conflictos bélicos en Panamá, la nación encara retos internos, incluidas crisis económicas y de salud, que resaltan la relevancia de esta labor humanitaria. En este contexto, la destacada labor de la fundación “Yo Pinto una Sonrisa” emerge como una mano amiga en medio de la adversidad, demostrando cómo la asistencia humanitaria puede tener un impacto significativo y duradero en la vida de aquellos que más la necesitan”, afirmó Carlos Riera, director de la Fundación Yo Pinto una Sonrisa.
De acuerdo a Riera, después de la pandemia la ONG ha brindado apoyo a más de 24,000 personas, de las cuales 23,700 han sido impactadas con asistencia alimenticia a través de la entrega de bolsas de comida; 7,000 niños y jóvenes han recibido apoyo educativo por medio de la dotación de herramientas para su año escolar y acompañamiento psicosocial; unas 280 personas han recibido asistencia médica; y 32 familias han sido beneficiadas con asistencia de vivienda.
Asimismo, “En la Fundación hemos gestionado la disponibilidad de 10 albergues temporales, frente a inundaciones. Y hemos gestionado 18 comedores comunitarios con equipación de utensilios y alimentos”, explica.
Dicha labor es realizada con la movilización de más de 300 voluntarios en las diez provincias y las tres comarcas del territorio panameño, con la mirada puesta en promover la equidad, la justicia social y el desarrollo social sostenible.