“No hay que ver para creer, tienes que creer para poder ver”

“No hay que ver para creer, tienes que creer para poder ver”
Benjamín Cohen, es un reconocido dramaturgo, director y guionista, nacido en Venezuela. Fotos, Geovanni Hernández info@geovanni-hernandez.com

Benjamín Cohen cursó estudios en universidades como Santa María y Universidad Central de Venezuela, pero antes de estudiar trabajó en televisión y teatro. Su formación como escritor se la debe a la famosa dramaturga Ana Teresa Sosa y en el campo de la dirección a Grazio D´Angelo.

Conversar con Benjamín Cohen genera una sensación que combina sentimientos que despiertan la curiosidad. Y no es para menos. Nació en Venezuela en el año 1983 y nadie podría decir que fue un año cualquiera. Estados Unidos sufrió un atentado contra la sede de su embajada en Beirut y también se inició la guerra civil en El Salvador. Coincidió con el nacimiento de Chris Hemsworth, Andrew Garfield, Emily Blunt,  Paloma Fiuza y Maite Perroni. Se estrenó “Back to the Future” y la final de una de las sagas más emblemáticas de la historia del cine, El retorno del Jedi. En España, se estrenaba 1919, Crónica de Alba 2ª Parte.

Al adentrarnos en esta entrevista te encuentras frente un hombre sencillo, culto, apasionado, muy creativo, pero sobre todo, inquieto. Benjamín es un reconocido dramaturgo, director y guionista. Nos cuenta que su carrera la inició desde muy temprano ya que la semilla que germinó su pasión por las artes se la debe a su abuela Dita Cohen.

En Venezuela, Dita fue una de las pioneras y grandes directoras que por el año 1958 tuvo la visión de fundar Prismas, el primer centro cultural desde donde salieron importantes productores, actores de teatro y de la televisión. Resulta que la abuela siempre llevaba a sus nietos a ver las obras infantiles y en una ocasión a Benjamín, con tan solo 6 años de edad, le pasó algo que él describió como verdaderamente impactante.

Fue durante la presentación de la obra “Los niños de otro Planeta” cuando, de repente, entra en el escenario una nave espacial espectacular que lo impresionó de tal manera, que hoy día recuerda con gran satisfacción, que ese evento, un “wao”, como nos comentó, lo marcó para siempre y fue allí cuando sintió que quería meterse en el teatro.

Cursó estudios en prestigiosas universidades como la Santa María y la Universidad Central de Venezuela, pero nos confiesa que antes de estudiar trabajó en la televisión y en teatro. Su formación como escritor se la debe a la famosa dramaturga Ana Teresa Sosa y en el campo de la dirección a Grazio D´Angelo, ambos de reconocida trayectoria en el campo de las artes.

A lo largo de su prolífica carrera profesional ha escrito y dirigido un sinnúmero de obras de teatro, series de televisión y telenovelas, muchas de la cuales han sido galardonadas con premios internacionales. Y esto fue lo que nos contó:

Talento de las artes

¿Cómo te describes a ti mismo?

Soy muy inquieto. La parte creativa siempre va por delante de mí. No puedo dejar de crear. Me pasa que trato de descansar, relajarme o pasar tiempo con la familia y constantemente me sucede que veo algo, una imagen y de una vez mi mente comienza a trabajar para ver en cuál historia puedo poner eso que me llamó la atención.

Nunca estoy en tierra, esa es la realidad y pienso que es una consecuencia del proceso creativo. Me ha pasado muchas veces que trabajo ideas simultáneamente para 3 proyectos a la vez y ya te puedes imaginar que ante situaciones como esas, es difícil estar tranquilo.

Lo que si te puedo decir es que con el correr de los años me he propuesto cumplir con lo que me propongo. Fue así como un día se me ocurrió hacer musicales y le di y le di y mira tú, ya llevo 6 musicales escritos, compuestos y dirigidos por mí.

¿En qué países has vivido?

En España trabajé 2 años para Antena 3. Me desempeñaba como asesor de compras de telenovelas latinas y a pesar de que tenía un buen puesto, no estaba escribiendo. Un día me dije, aquí estoy comprando para otros y mi pasión siempre fue, escribir, dirigir y montar obras en el escenario y me fui.

También estuve un tiempo en República Dominicana. Hice teatro y, por supuesto, que televisión también. Pasé dos años en el Ecuador (2007-2008). Allá hicimos una serie y nos fue super bien. Tanto así, que la  pudimos vender a otros países.

Desde 2010 estoy en Panamá.  Pero como parte de mi familia es de Venezuela y parte de Panamá, siempre he estado viajando de aquí para allá y viceversa. En Venezuela, antes de venirme a vivir a Panamá, tuve una productora con un estudio de 3,500 mts2. Allí elaboramos muchos productos de ficción, le trabajé novelas a Venevisión como productor independiente pero en un día menos pensado, nos la expropiaron y bueno yo seguí adelante.

Talento de las artes

Continué en lo que me apasiona, escribir y crear obras, muchos musicales de Broadway y varios de mi autoría y obviamente también hice comedias. Ese fue el producto que mas me abrió las puertas en los teatros internacionales. Montaron mis piezas en España, Italia, Portugal, México y Colombia. He allí una de las ventajas de ser dramaturgo. Escribes desde donde estes.

¿Para ser dramaturgo qué se necesita?

En mi caso particular primero fue la experiencia. Cuando tenía 16 años fui a ver a Ana Teresa Sosa con la intención de estudiar, pero me dijo que ella no me daría clases y que mejor me pondría a trabajar con ella. Allí empecé a escribir, a dialogar, como dialoguista en las telenovelas que ella producía.

También aprendí muchísimo de Grazio D´ Angelo. Él se ganó un record Guinness dirigiendo Kassandra una de las telenovelas más influyentes de la historia. Posteriormente estudié dramaturgia. Y volviendo a tu pregunta, para ser dramaturgo hay que ver muchas obras para poder entenderlas y hay que leer constantemente. Comprender cómo funciona un teatro y cómo es que se produce una puesta en escena.

Parte de lo que yo creo que me sale bien, es que mezclo mis conocimientos de dirección con los de dramaturgo y no los divorcio. Sucede que estos dos, los directores y los dramaturgos generalmente están divorciados, cada quien por su lado. Y como yo soy el mismo, no me puedo divorciar y eso lo utilizo mucho. Tengo varias obras mías publicadas y si ves la forma como escribo un libreto, lo hago como dramaturgo, pero con la dirección incluida. No los desligo y eso es una ventaja.

Eso se lo debo a mis mentores, Ana Teresa Sosa y a Grazio D´Angelo. Dios me los puso en el camino. Finalmente, no debemos olvidar que la magia de un buen dramaturgo es lograr que el público vea en escena la interpretación que el director ha realizado sobre el escrito de la obra y como te dije, yo hago ambas.

¿Quién es la fuente de tu inspiración?

Mis dos mentores que te mencioné anteriormente y mi abuela Dita Cohen. A pesar de sus más de 90 años, siempre viene a ver mis obras. Y te cuento esta anécdota. Cuando tenía como 17 años conseguí los Betamax de todas las obras de mi abuela y me puse en la tarea de pasarlos a DVD con el objetivo de tenerlos en un mejor formato. Y me encontré con el de “Los Niños de otro Planeta” y me pude percatar que le famosa nave espacial que tanto me había impresionado de niño, no era lo que en ese entonces yo había visto porque el material era de cartón. Llamé a mi abuela para comentarle y ella me dijo algo que me marcó para toda la vida. Mira, en el teatro, “no hay que ver para creer, tienes que creer para poder ver”. Y así es. Puesto en escena, tú ves algo que no se puede ver ni en el cine ni en la televisión y esa es una característica que distingue al teatro porque es en vivo y todas las funciones siempre serán distintas. Ese es el realismo mágico del teatro.

Talento de las artes

¿Como haces para elegir los temas de tus producciones?

A mí me ayudó mucho haber empezado en la televisión. La televisión, ya sea en telenovelas o en series, exige  que uno no puede escribir lo que se le ocurra. Hay que escribir para lo que el público quiere ver y eso te obliga a estar siempre actualizado y conectado con la realidad de las audiencias del país en donde estás o en donde se va a presentar la obra.

En pocas palabras, hay que detectar cuáles son los problemas que confrontan los ciudadanos y entender lo que está pasando y poder dirigir el producto para satisfacer a la audiencia. Y eso me ha ayudado mucho para entender lo que esta pasando y así me nacen las ideas. Eso nos pasó con los Rabanes. Yo no los conocía. Lógicamente, de joven había escuchado muchas de sus canciones en las discotecas, pero cuando nos metimos en el proyecto, me tuve que sentar con ellos, ir a Chitré, entender como era su colegio, investigar y conocer a fondo la historia de ellos. Una vez la escuché, me di cuenta que había un valor para   destacar y un mensaje importante para difundir; el valor de la familia. Fíjate que la idea original de la obra vino de mi socia Diana Abouganem y Mónica Gúzman. Ellas querían que yo escribiera una historia para usar la música de los Rabanes. Y en ese recorrido de investigaciones y conversaciones con ellos yo le dije a Emilio que me contara su historia y fue así como nos dimos cuenta que la obra sería la de ellos, los Rabanes.

Y al final del camino lo que hemos tratado de plasmar en la obra son varias cosas. La historia de una gran amistad porque ellos se conocieron desde muy jóvenes y a pesar de las vicisitudes por las que tuvieron que atravesar siempre han estado juntos.

También vas a encontrar una historia de amor, de tristeza, alegría, dolor y de esperanza. He allí lo importante del teatro. Es mantener el hilo dramático de cualquier ficción. La gente quiere ver una obra para conmoverse y en mis obras trato de hacer eso. Remover la fibra de los sentimientos del espectador para lograr que se conecte con lo que está pasando. Y eso lo he aprendido con los años, con las experiencias de las obras y con las cosas que he logrado. Y Rabanes tiene el ABC de todo lo que se necesita en un musical.

¿Hay talento en Panamá?

Te vas a sorprender con lo que te voy a decir. En este país hay mucho talento y de muy alta calidad. Los actores panameños son profesionales comprometidos y les gusta lo que hacen. Tienen pasión. Y te digo que los hay muy buenos y en todas las disciplinas, los bailarines, cantantes, actores. Todos muy buenos y mejor que en muchos de los países donde he trabajado. Me encanta trabajar con los profesionales de aquí. Y la gran mayoría de los que han estudiado aquí también han podido salir al exterior a especializarse.

¿Finalmente, me llama la atención qué habiendo sido tan exitoso en la televisión de otros países, no hayas hecho nada de eso aquí en Panamá?

Si lo intenté, pero te digo la verdad, no me quisieron abrir las puertas. Me di cuenta que aquí no les interesaba hacer lo que yo se hacer bien que es la ficción. En Panamá, la moda de la televisión es dedicarse a los grandes formatos de concursos, lo cual me parece bien, pero yo no hago concursos. Lo mío es la ficción. De hecho, tenía un contrato firmado y en mano para hacer una producción de Netflix para Panamá con algún canal local pero no quisieron. No obtuve el apoyo y el proyecto nunca prosperó. Al ver y entender esa realidad, decidí irme por lo que me apasiona, el teatro. Y aquí estamos. Lo puedes apreciar. En eso estamos y aquí seguiremos. Tenemos muchos planes a futuro que serán muy interesantes para nuestras audiencias en Panamá.

 

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