Sergio Abreu sostuvo que la integración en Latinoamérica debe superar las “confrontaciones políticas” que impactan toda la región e ir “más allá de los discursos” para que no se quede en el campo de la “ficción”.
Lograr una integración alejada de la “ideologización” en la región “más desigual del planeta en materia social” y permitir que el comercio sea un “pasaporte para el bienestar” de la población es la apuesta del secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), Sergio Abreu, para su segundo mandato.
Así lo afirmó en entrevista a la Agencia EFE el político uruguayo, que está desde 2020 al frente de la ALADI, y que seguirá en el puesto por los próximos tres años tras su reelección en la XIX Reunión del Consejo de Ministros de la asociación integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
En ese sentido, Abreu sostuvo que la integración en Latinoamérica debe superar las “confrontaciones políticas” que impactan toda la región e ir “más allá de los discursos” para que no se quede en el campo de la “ficción”.
Por ello, remarcó “el desafío” que implica continuar al frente del organismo y consideró fundamental su “amor” por la actividad pública e internacional para fomentar el comercio intrarregional y alejar la “ideologización” en este proceso.
INTEGRACIÓN SIN IDEOLOGÍAS
“Acá (en ALADI) se discute solo comercio, normas, preferencias y accesos. ¿Cuál es el problema que ha tenido y que puede tener? La ideologización, que hace de un proceso de integración un club”, insistió el secretario general, quien agregó que, si eso sucede, la integración queda “definitivamente terminada”.
Según Abreu, cuando en la política y en la diplomacia comienzan las rivalidades, “enseguida hay dos víctimas”: la integración y la verdad.
Por otro lado, el también excanciller uruguayo (1993-1995) indicó que los países “no cambian el mundo”, sino que “tratan de seguirlo”, y defendió que deben tener una estrategia de mediano plazo que incluya una hoja de ruta a ser seguida independiente de los cambios de Gobierno.
“Lo que no puede tener un país chico o un país subdesarrollado es cada cuatro años una política distinta”, zanjó.
PYMES, EL MOTOR DE LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA DE LATINOAMÉRICA
En la entrevista, Abreu también abogó por trabajar en la defensa del micro, pequeño y mediano emprendedor, que “no tiene quién lo represente” y que necesita oportunidades, mercado, tecnología y menores costos.
Recordó que el 90 % de la estructura productiva de la región está conformada por pequeñas y medianas empresas (Pymes) de distintas categorías y que estas son responsables, además, del 70 % de las plazas de empleo.
Entre las dificultades enfrentadas por este sector, Abreu resaltó que durante la pandemia de covid-19 se perdieron 30 millones de puestos de trabajo y los retos propuestos por la guerra en Ucrania o por la situación de inseguridad alimentaria.
“Si nosotros no tenemos reformas de fondo, los que más van a sufrir son los que hoy tienen menos posibilidades económicas y sociales”, puntualizó Abreu.
FACILITAR EL COMERCIO EN LA REGIÓN
Ante este contexto, el uruguayo sostuvo que la ALADI debe dar a los países el máximo de herramientas posibles para que puedan superar sus barreras y avanzar.
De acuerdo con el secretario general de la ALADI, las negociaciones entre los países miembros de la asociación representan el 11 % de las exportaciones de estas 13 naciones, mientras que el comercio interno entre los Estados europeos alcanza el 65 %.
Para cambiar esta realidad, Abreu remarcó que en los próximos tres años tendrá la mira puesta en todo lo que facilite el comercio, además de avances en cuestiones ambientales y ecológicas.
“Aquí tenemos que facilitar el comercio (…) Mi preocupación es ponerle el máximo de instrumentos. Lo digital y todo lo que pueda ser lo que yo llamo bicicleta de las ruedas redondas: el instrumento adecuado para que los países avancen”, insistió.
Por último, hizo hincapié en que la “voluntad política” es de extrema importancia para tener éxito en el proceso de integración regional, pero sostuvo que es un factor que depende de los países y que “son ellos los que tienen que responder”.