Para los electores no es difícil encontrar en la oferta electoral de Martín Torrijos la experiencia, la seriedad y la motivación suficiente para enderezar este país.
Indudablemente vamos acercándonos a la fecha en que los panameños tenemos que decidir el futuro de los próximos cincos años.
Aparentemente, el escenario parece muy complicado y, en realidad, si lo analizamos fríamente, la decisión que debemos tomar se centra en no más de dos opciones.
Esperemos que la inteligencia natural del electorado al final sepa, como lo ha hecho en otras ocasiones, escoger a aquel candidato con la experiencia suficiente para que no venga a improvisar. Además, que esa experiencia sea de realización de políticas y proyectos exitosos, porque con antecedentes nefastos abundan.
Singular importancia es el compromiso serio que deben asumir en enderezar las políticas para que conduzcan a solucionar los problemas de una mayoría, incluso si esta no es la que más aporta al fisco.
Este compromiso debe empezar por el sector primario, para garantizar una seguridad alimentaria y que la misma se logre con garantías de entradas decorosas para aquellos que son verdaderamente 24/7, porque trabajan al lado de la naturaleza todos los días del año.
Sumado a ello, se deben ponderar los proyectos en materia de salud, educación y todos aquellos que involucran una mejor distribución de los bienes del Estado.
De particular importancia para el elector deben ser los temas que afectan a todos los panameños, como es el tema minero.
De ninguna manera debemos aceptar un candidato que haya estado o pretenda seguir ligado al negocio minero. En este aspecto, el escenario está muy claro; no es una novedad que los partidos que se autodenominan los más grandes por su membresía, los más tradicionales y los más corruptos, abogan por firmar contratos mineros tal como se han presentado a la Asamblea.
Por eso, para los electores no es difícil encontrar en la oferta electoral de Martín Torrijos la experiencia, la seriedad y la motivación suficiente para enderezar este país, y a ello le sumamos su decisión de llevar adelante un referéndum que permita a todo el pueblo expresarse sobre este tema.
Hay que recordar que, para él, esto no es un ensayo, ya que le tocó organizar el referéndum que permitió la ampliación del Canal.
Tenemos la oportunidad de elegir a alguien que nos permitiría opinar sobre el tema minero, en vez de apoyar a candidatos que pasarían a ser empleados mineros y quién sabe de qué otras empresas transnacionales.