Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2020 en Panamá murieron 299 mujeres por cáncer de mama y se diagnosticaron 1.076 nuevos casos. La incidencia y la mortalidad por esta enfermedad está aumentando un 2% anualmente.
Panamá vive una situación de urgencia en materia de cáncer que requiere de una acción dirigida a llevar a la realidad los planes que ya existen para enfrentar esta enfermedad, desde el ámbito de la prevención hasta los cuidados paliativos y pasando por la investigación, así lo ha afirmado la especialista panameña en salud ocupacional, Sally Vergara, a EFE.
Una de las expresiones que lo constatan es que la primera causa de muerte en mujeres en Panamá es el cáncer de mama y la segunda el de cuello uterino, ha recalcado Vergara, quien trabaja desde hace 20 años en el Instituto Oncológico Nacional (ION), ubicado en la capital panameña y que supone la única instalación de su tipo en este país.
El impacto de la covid en esta materia
La pandemia del coronavirus hizo que muchos pacientes suspendieran sus tratamientos y que se dejaran de hacer diagnósticos, “que es la clave en materia de cáncer”.
Después de la covid, “la situación se ha complicado bastante (…) tenemos un aumento de las cifras de los casos nuevos que están llegando todos los días al Instituto Oncológico Nacional”, dijo Vergara.
“Tenemos ahora una urgencia y tenemos muchas necesidades por cubrir”, agregó la especialista que es también miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional contra el Cáncer (ANCEC) de Panamá, una ONG operativa desde 1970 que junto a Roche, con la cual EFE mantiene un acuerdo de difusión de contenidos, las Naciones Unidas y la Ciudad del Saber, organizaron el foro “Hacia la cura del cáncer de mama, en equidad, innovación y política pública”.
Aplicar los planes contra el cáncer
Panamá “ha avanzado mucho” en materia de campañas educativas y de prevención del cáncer, tiene guías elaboradas y también un plan de cáncer y otro de cuidados paliativos, pero como aseguró Vergara “todo eso está en el papel. Falta llevarlo a la realidad”.
La cuestión es “cuándo lo vamos a hacer”, dijo la experta, que apuntó a la “falta de voluntad política, de compromiso” de las autoridades para avanzar, con presupuestos cónsonos y garantizados, efectivamente en la cura del cáncer, entendido esto como un proceso que comienza con la prevención a través del diagnóstico oportuno.
“Todos sabemos que hay que descentralizar la oncología. ¿Qué significa eso? Pues que las personas no tengan que ir al ION a hacer su tratamiento. Pero también significa que la persona no tenga que ir a una capital de provincia a hacerse un diagnóstico, porque la atención primaria debe hacerse en su comunidad, donde debería haber un mamógrafo, que no hay en todos los lugares y, cuando hay, está dañado”, afirmó.
El cáncer de mama en Panamá
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2020 en Panamá murieron 299 mujeres por cáncer de mama y se diagnosticaron 1.076 nuevos casos. La incidencia y la mortalidad por esta enfermedad está aumentando un 2% anualmente.
Solo el 15 % de las mujeres en Panamá son diagnosticadas en estadio I, en el cual el cáncer se encuentra localizado y no ha invadido otros órganos. Estando en etapas más avanzadas, el tratamiento es más costoso y su éxito se dificulta.
En los países desarrollados, explicó Vergara, hay cáncer de mama “pero si miras las estadísticas no es la primera causa de muerte, está el cáncer de pulmón, el cáncer de colon. Esa no es nuestra realidad”.
El foro “Hacia la cura del cáncer de mama, en equidad, innovación y política pública” se organizó con la pretensión de generar un compromiso entre los distintos actores de la sociedad para acelerar el diagnóstico temprano, y promover los protocolos y el financiamiento para el tratamiento integral en etapas tempranas que acerquen a las mujeres a la cura.
Es por eso que los organizadores hicieron un llamado a “priorizar el cáncer de mama en la política de salud pública, ya que el diagnóstico tardío de esta enfermedad representa una carga económica y social alarmante en la vida de la mujer, en su núcleo familiar, en la sociedad, en el desarrollo del país y en el sistema de salud”.