La reciente calificación de Fitch, no ha sido proyectada de la mejor manera posible. Para ilustrar el correcto conocimiento de la mayoría de la población, hace falta un debate docente, al que se le debe conceder la misma importancia mediática que reciben otras agendas sensacionalistas, que sacuden a menudo la opinión pública nacional.
Mucho me ha llamado la atención que algunos medios hayan salido, en los últimos días, a festinar la reciente baja en PERSPECTIVA, hecha pública por la calificadora Fitch Ratings sobre nuestro país.
En vez de discutir absolutamente todos los aspectos que forman parte del documento mencionado, incluida la letra menuda de la calificación, veo con pesar que solo se hayan resaltado particulares aspectos del documento.
Ignoran, por ejemplo, la enorme preocupación que despierta en los mercados, la incertidumbre que reina frente a la suerte final que correrá el contrato con Minera Panamá́, S.A.
Muchos son los analistas y expertos que recomiendan, firmemente, solucionar este asunto aún pendiente, a la mayor brevedad posible. Es que la definición de esa relación legal, y la normalización total de las actividades en la industria, tendrá un impacto enorme en muchos aspectos de la vida nacional, y sin duda alguna será un atenuante ante el serio problema del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja del Seguro Social.
No olvidemos que el 50% de las regalías, de ese proyecto minero, irán a mitigar el maltrecho estado del programa de Jubilación, cuyos fondos se estima estarán agotados hacia el final del año 2025.
Definitivamente, la reciente calificación de Fitch, no ha sido proyectada de la mejor manera posible. Para ilustrar el correcto conocimiento de la mayoría de la población, hace falta un debate docente, al que se le debe conceder la misma importancia mediática que reciben otras agendas sensacionalistas, que sacuden a menudo la opinión pública nacional.
Lamentablemente, decir la verdad a los panameños pareciera no importar a algunos voceros y grupos con clarísimos intereses políticos. En estos, e igual en algunos medios, no pude comprobar que fuera resaltada de manera justa, la proyección del robusto crecimiento económico en 6.5% de la República de Panamá, el mayor alcanzado entre todas las naciones de la región Latinoamericana.
Por otro lado, hace menos de dos meses -específicamente en agosto pasado- la calificadora Standard and Poors (S&P) reafirmó la PERSPECTIVA de Panamá como ESTABLE, y no recuerdo haber leído, visto o escuchado el merecido despliegue que merecía noticia tan positiva para la nación.
Con respecto a los bancos estatales, y específicamente sobre el Banco Nacional de Panamá, la misma empresa Standard & Poors dejó muy clara su opinión con la calificación: Independiente o Individual, Stand Alone Credit Profile de BBB+.
Sin embargo, por ser parte integral del Estado panameño, la calificadora se ve impedida de conceder una calificación al BNP, por encima de la que se le otorga a la Republica.
Finalizo, recordando las palabras de Eusebio A. Morales quien en 1922 dijo: “El Banco Nacional es la Nación misma, con todos sus recursos y potencialidades”.
La crítica constructiva es, sin duda, necesaria para señalar correctivos que como país debemos aplicar, especialmente quienes llevamos sobre nuestros hombros la conducción de instituciones públicas. Sin embargo, resaltar lo positivo es indispensable para lograr un balance que permita superar los grandes retos que tenemos por delante, especialmente en estos tiempos de turbulencia mundial. El Negativismo crónico no conduce a ningún lado, y destruye.