Cuando la pandemia asoló al mundo, la economía del país sufrió terriblemente. Muchas de sus consecuencias, no se han podido resolver en su totalidad. El desempleo y la informalidad siguen siendo un reto que debemos enfrentar para garantizar que el futuro sea mejor.
Los recientes informes presentados por calificadoras de riesgo e instituciones financieras, han provocado una sensible preocupación en la sociedad panameña. Los informes hacen alusión a distintas circunstancias que, de no manejarse juiciosamente, pueden afectar nuestro grado de inversión y la posibilidad de avanzar hacia el desarrollo.
Estas noticias perturbadoras, se unen a la crisis del agua que afronta el Canal de Panamá y a temas cuya atención se posterga de forma inexplicable.
La crisis del programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social y la situación del contrato minero, siguen gravitando en la lista de cosas que no se afrontan con determinación.
Cuando la pandemia asoló al mundo, la economía del país sufrió terriblemente. Muchas de sus consecuencias, no se han podido resolver en su totalidad. El desempleo y la informalidad siguen siendo un reto que debemos enfrentar para garantizar que el futuro sea mejor.
En medio de la crisis referida, el Consejo Nacional de la Empresa Privada, CoNEP, planteó una serie de alternativas para afrontarla. Uno de los elementos transversales que definimos, es la simplificación de trámites y la desburocratización efectiva del Estado.
En temas de fondo, planteamos promover la agroindustria, el turismo, incentivar la investigación y la enseñanza técnica, garantizar una educación que le otorgue a nuestros jóvenes las herramientas para afrontar la vida con éxito, además de otras medidas.
Es imprescindible que se cree un clima adecuado para atraer inversiones y garantizar que las mismas se desarrollen sin trabas ni presiones ilegítimas, siempre bajo un marco legal que se respete.
Un Estado austero, que aplique la ley sin distinción y que promueva políticas públicas que estimulen la inversión, es esencial para que nuestro crecimiento sea estable y sostenible.
Nuevamente instamos a las autoridades a que expliquen con claridad las observaciones realizadas en los informes emitidos recientemente por algunos organismos financieros.
Asimismo, esperamos que el debate político esté a la altura de la nación y que el mismo no sea de consignas vanas o destructivas, sino de ideas alineadas con las necesidades de los ciudadanos.