Para celebrar nuestro país, los parroquianos santaneros vivificaron tradiciones y costumbres que nos identifican. Concentraron en un solo lugar, el Parque de Santa Ana, el folclor de todo el país.
Un sentimiento profundo por la tierra que nos vio nacer, y en algunos casos, genuino agradecimiento al país de acogida, fue demostrado en la muy representativa Iglesia de Santa Ana durante un evento cristalizado en los predios del parque del mismo nombre, espacio por excelencia poseedor de profuso espíritu de nuestra nación.
Para dar la bienvenida a noviembre, mes de la patria, es digna de resaltar en la entrega del día de hoy, una actividad elogiable, desarrollada con esmero y orgullo por los miembros de ese templo católico, en el esfuerzo de obtener fondos para continuar brindando ayuda a las personas más vulnerables de su comunidad, entre otras necesidades.
Fieles nacionales y provenientes de otros países hicieron realidad una feria folclórica en la cual exaltaron notablemente a la patria, no solo distinguiendo nuestra identidad cultural, sino a través de valores construidos en la solidaridad, una de las mejores formas de decir presente a la nación.
Para celebrar nuestro país, los parroquianos santaneros vivificaron tradiciones y costumbres que nos identifican. Concentraron en un solo lugar, el Parque de Santa Ana, el folclor de todo el país.
La feria contó con vistosos pabellones alusivos a las diferentes provincias, en los cuales lucieron artículos de cada lugar. Feligreses ataviados de acuerdo al sitio que representaban brindaban explicaciones sobre historia, geografía, civismo y manifestaciones culturales.
El cubículo de Panamá realzó al “Panamá de ayer y hoy”, el barrio de Santa Ana, evolución de los medios de transporte, la patrona de la Iglesia de Santa Ana y el traje típico, y otros, explicó la señora Ivette Solano, mostrando su mampara con forma de bus.
Por otro lado, la joven Cristal Castillo, destacó de forma entusiasta a la provincia de Veraguas, explicó sus características, detalles sobre sus artesanías, bailes típicos, la pollera veragüense, lugares turísticos, actividades y productos sobresalientes de la región, entre otros.
De esta forma, sucesivamente, cada una de las provincias tuvo presencia en la ocasión y en el trabajo mancomunado hicieron memorable la experiencia del “tour provincial” que dotó al público de conocimientos patrios y llenó las inmediaciones de alegría.
La gastronomía de las distintas regiones del país fue parte de las atracciones. La cita fue ideal para descubrir y disfrutar de la variedad del sabor panameño.
Arroz con pollo o guandú, pescado, carne, puerco, pollo en diferentes preparaciones, chicharrones, chorizos, plátano en tentación, ensaladas, sancocho, panes, dulces, bollos, tamales, saus, plantintá, patí, asados, chichas y más, formaban parte de la oferta de comida típica nacional que hacía dudar por dónde iniciar.
Fue nutrido el programa artístico que incluyó bailes tradicionales de las provincias. Al ritmo de la música de nuestras raíces interpretaron situaciones y personajes del pasado. También, hubo danzas de diablicos, murgas y modelaje.
Se disfrutaron los bailes de antaño, como el vals y cuadrilla, recordando las veladas de salón de tiempos coloniales con vestuarios de lujo y acentuada elegancia en cada movimiento.
De igual forma, gustaron las retretas, aquellas presentaciones musicales que se realizaban en lugares abiertos, parques y plazas. La Cocaleca, Guararé, Vámonos caminando, El Tambor de la Alegría, Los sentimientos del alma, Bajo el cielo de Tonosí y Marcha Panamá, fueron algunas de las inolvidables piezas musicales del repertorio.
La nota destacada del día fue la coronación de la reina 2023 de la Iglesia Santa Ana, “la abuelita”, señora Alicia Olivares; y la nieta 2023, niña Lía López. Estuvieron presentes las soberanas salientes, “la abuelita”, señora Haydee Sarmiento; y la nieta, la niña Dana Zurdo.
Participó el Grupo Scout No.3, Manuel J. Hurtado del Casco Antiguo, quienes expusieron temas ambientales, realizaron actividades sobre la luz solar y otras iniciativas para niños y adultos.
Entrevistamos al padre Anel Sánchez, párroco de la Iglesia Santa Ana, quien se refirió al templo situado en el área de estrecho vínculo con memorias nacionales en el cual se realizó el evento que demostró tan fecundo patriotismo.
Explicó, “la parroquia de Santa Ana es emblemática e histórica desde los inicios de la ciudad, donde se hace el traslado de la ciudad antigua a la nueva y forma parte de toda esta historia con un legado, en que se ha aportado mucho al desarrollo de nuestra nación, de nuestra sociedad”.
Continuó, “y el barrio de Santa Ana sigue siendo un barrio representativo, pintoresco, donde se reciben muchos turistas y también hermanos que visitan el Casco Antiguo, y de una u otra manera, tienen que pasar por Santa Ana, pues sigue significando hoy en día un punto de tránsito y de referencia histórica para nuestra nación. De allí la importancia de preservar los monumentos históricos y la Parroquia Santa Ana forma parte del patrimonio histórico de nuestro país”.
Expresó, “cuidarlo no es fácil. Tampoco tenemos ayuda económica fuerte para todo lo que es el mantenimiento. Por eso, la parroquia tiene que ver cómo realiza diferentes actividades para cuidar este templo”.
Reveló, “se tiene en proyecto la restauración en su totalidad, pero carecemos de los fondos. Es un proyecto que está allí, no se ha descartado, esperamos algún día realizarlo”.
Tener humanidad, apoyar a los demás, ofrecer talentos y nuestro tiempo, lo más valioso que tenemos, para que las circunstancias sean mejores, son muestras de valores cristianos y grandiosas maneras de hacer patria.
Gran preocupación genera la situación tan compleja y conmovedora de las personas en situación de calle en el centro de la ciudad y son muchos los que recurren a la iglesia ante su realidad social.
“La feria busca recaudar fondos para el comedor Jesús en los Pobres, principalmente, y apoyar al mantenimiento del templo”, señaló el sacerdote.
Comedor Jesús en los pobres
Fue la fuente de inspiración de tan especial actividad, el sitio donde se ofrece alimento a panameños y extranjeros en condición de pobreza y que por diversas razones carecen de hogar.
El padre Sánchez declaró: “El comedor existe desde 1989, en su mayoría atiende a adultos mayores que viven en situación de calle. Se les brinda alimento de lunes a viernes y son alrededor de 60 a 80 almuerzos y 60 a 80 cenas. Funciona a través de feligreses que traen su aporte, ofrendas y actividades que realizamos para cubrir esta obra de misericordia y caridad”.
No todas las labores del comedor son mediante trabajo voluntario. Contó el párroco, “hay 2 personas a las que se les paga salario mínimo y eso tiene que verlo la parroquia. A veces nos acompaña un joven y una señora de manera voluntaria, pero no pueden todos los días”.
Continuó refiriéndose a la condición de la población de calle. “Es una realidad que la iglesia ha tomado como parte de prioridad. No es juzgar ni criticar por qué un anciano está en esa situación, sino ver cómo se le puede atender y brindar un plato de comida. La mayoría de los que estamos leyendo este periódico digital tenemos alimento hoy. Sin embargo, hay muchos que no lo tienen y no saben dónde buscarlo por situaciones de la vida”.
Agregó, sobre esta obra de misericordia: “El Señor dijo, “denle de comer” y es una caridad que la iglesia realiza con mucho amor”.
País invitado
Fue novedad la participación de un país invitado que en esta oportunidad fue Venezuela. En adelante, cada año contarán con uno diferente. Mediante Gusmari Vicuña, expusieron su historia, cultura y su comida. Arepas Reina Pepiada, tequeños, manjarete, ponche andino, papelón, arroz con leche y pastel de banano, llamaron mucho la atención.
Al respecto, el padre Alfredo Uzcátegui, quien es venezolano y también representó al pabellón del país sureño, manifestó gratitud de haber recibido la invitación del párroco Sánchez. Explicó que recibió el apoyo de una pareja de la agrupación Matrimonios en Victoria y donaciones de compatriotas.
La feria folclórica fue realizada gracias al esfuerzo y compromiso de los grupos pastorales de la comunidad, por lo cual el padre Sánchez muy complacido resaltó su participación, “sin ellos no fuera posible realizar todas estas actividades”, subrayó.
Para culminar, dijo, “si usted quiere ayudar y tal vez no sabe cómo, puede traer alimentos secos, proteínas, carnes, pollos u otros. También efectivo porque hay que pagar al personal que cocina para los hermanos de la calle. De igual forma, a través de la cuenta Iglesia Católica-Arquidiócesis de Panamá, Parroquia de Santa Ana, 03-16-01-000361-3, Banco General”.
“Ser solidarios es hacer patria”.