Las zonas francas son unas infraestructuras clave en algunos países emergentes, también en Latinoamérica, donde más de la mitad de las exportaciones de algunos países se fabrica y gestiona desde sus zonas francas.
Las zonas francas iberoamericanas, con una presencia importante de representantes latinoamericanos, se han emplazado este miércoles a impulsar la conexión entre todas ellas para generar en conjunto nuevas oportunidades de crecimiento e innovación, en el marco de un evento que se celebra esta semana en Barcelona.
“Quien no evoluciona, desaparece. Las zonas francas han sido innovadoras y resilientes porque se sientan juntas, evalúan y optimizan cadenas logísticas, para que el mejor producto llegue al mejor destino, procesado en el mejor país y a través de los mejores servicios. Solos no avanzaríamos igual”, ha destacado a EFE la presidenta de la Asociación de las Zonas Francas de las Américas (AZFA), Claudia Pellerano.
Ese llamamiento a la colaboración entre las zonas francas es lo que vertebra la vigésimosexta edición de la Conferencia de las Zonas Francas Iberoamericanas, que se celebra entre el 8 y el 10 de noviembre en la capital catalana, un encuentro para proyectar nuevos horizontes en el sector.
El presidente de la World Free Zone Organization (WFZO), Mohamed Alzarooni, presente en la inauguración de la conferencia este miércoles, ha asegurado que las zonas francas de todo el mundo tienen “retos substanciales” a medio plazo, pero también “más oportunidades que nunca” para crecer y transformarse.
Desafíos de Latinoamérica
Para el caso de Latinoamérica, Alzarooni ha remarcado la posición estratégica de la región que, si consigue reforzar su posición, tiene a mano mercados como Estados Unidos y China, y capacidad para cubrir a nivel global amplias demandas en sectores como la alimentación o las cadenas de valor del litio para la fabricación de coches eléctricos.
AZFA es quien impulsa la Conferencia de las Zonas Francas Iberoamericanas desde sus inicios, una organización que cuenta con más de 600 de esas zonas especiales de 25 países, 13.000 empresas instaladas y un volumen de más de 1,2 empleados.
“Cuando nos sentamos todos en una mesa, y venimos con las fortalezas de cada uno de los países, se generan proyectos que no habíamos concebido antes, vemos nichos que no habíamos descubierto. Y al enterarnos de lo que hace un país, nos damos cuenta de que conecta increíblemente con algo que ya existe en los nuestros”, ha asegurado Pellerano.
Por ello, la presidenta de AZFA ha considerado que de las conferencias internacionales “salen reuniones y proyectos posteriores que terminan enlazando las diferentes regiones, ayudando a regionalizar lo que ya estábamos trabajando.
Locomotoras a ambos lado del Atlántico
Las zonas francas son unas infraestructuras clave en algunos países emergentes, también en Latinoamérica, donde más de la mitad de las exportaciones de algunos países se fabrica y gestiona desde sus zonas francas.
El delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Pere Navarro, presente también en la inauguración de la conferencia, ha reivindicado los “intereses comunes” entre España y Latinoamérica, dos regiones donde las zonas francas juegan un papel “crucial” en sus industrias y que mejoran sus proyecciones al interrelacionarse.
“Las zonas francas son locomotoras de la actividad económica, industrial y logística, de explorar nuevas maneras de producir, de buscar nuevos perfiles profesionales o nuevas capacidades. Las zonas francas, específicamente en Latinoamérica, están dando ejemplo de eso”, ha concluido Navarro, como anfitrión del evento en la capital catalana.