El riesgo país representa una significativa barrera para el equipo comercial, que debe evaluar cuidadosamente las posibilidades de que las mercancías no sean cobradas debido a la inestabilidad política, social o económica del mercado de destino.
En el contexto económico actual en América Central, el riesgo país emerge como un concepto fundamental. El riesgo país es un indicador que mide la posibilidad de sufrir consecuencias negativas al realizar operaciones en un país específico, como retrasos o incluso incumplimientos en los pagos.
La intersección entre la estructura política, económica y social de un país es un terreno complejo que exige una evaluación cuidadosa por parte de quienes participan en transacciones financieras y comerciales en la región.
Componentes del riesgo país: el riesgo económico-financiero y el riesgo político
El riesgo económico-financiero surge de elementos estructurales del país que pueden impactar en las operaciones comerciales o inversiones, abordando aspectos como la estructura económica, el empleo, la inflación, los tipos de interés, el déficit público, la balanza de pagos y la deuda interna y externa.
Por otro lado, el riesgo político está vinculado a las acciones del Gobierno y otras fuerzas políticas y sociales. Podemos distinguir entre el riesgo socio-político, relacionado con convulsiones políticas o sociales, y el riesgo regulatorio-administrativo, que aborda cambios en normativas y políticas que afectan a las operaciones comerciales internacionales o la inversión extranjera en el país.
El seguro de crédito como aliado frente al riesgo país
Cuando una empresa se plantea exportar se enfrenta al dilema de cuánto riesgo está dispuesta a asumir sin comprometer su competitividad esencial. La urgencia de vender a menudo conduce a pasar por alto factores externos a la operación que podrían desviar el curso del negocio, como trabas burocráticas, corrupción, cambios normativos abruptos, declive económico regional o tensiones sociales.
La gestión exhaustiva de estos aspectos se convierte en una tarea abrumadora para las empresas, no obstante, la suscripción de un seguro de crédito no solo brinda protección contra estos riesgos, sino que también impulsa la competitividad del negocio.
El seguro de crédito otorga la tranquilidad de saber que, en caso de incumplimiento de pago por parte del cliente, tu empresa cuenta con el respaldo de un sistema de recobro. En el caso de Solunion, el equipo encargado está compuesto por especialistas con experiencia local en tu mercado operativo, así como en el de tu deudor, lo que aumenta las posibilidades de recuperar el crédito otorgado. Sin embargo, en situaciones en las que el impago se vuelva irremediable, el seguro de Crédito también te brinda una compensación para cubrir las pérdidas sufridas.
En definitiva, ya sea mediante la recuperación a través del sistema de recobro o a través de la indemnización, la tesorería y el flujo de caja de tu negocio estarán protegidos contra cualquier contratiempo en las operaciones comerciales.
El seguro de crédito como aliado de tu equipo comercial
El riesgo país representa una significativa barrera para el equipo comercial, que debe evaluar cuidadosamente las posibilidades de que las mercancías no sean cobradas debido a la inestabilidad política, social o económica del mercado de destino. Esta situación obliga a adoptar precauciones y exigir condiciones que podrían no ser bien recibidas por los posibles clientes.
Afortunadamente, el seguro de crédito brinda una protección que amplía el margen de negociación del equipo comercial, ya que proporciona:
– Una evaluación precisa del riesgo asumido a través de informes emitidos por la aseguradora.
– La seguridad de la operación está respaldada por una póliza que garantiza el cobro o la indemnización.
En conclusión, en el dinámico escenario económico de América Central, el riesgo país se presenta como un desafío ineludible que requiere una gestión cuidadosa y estratégica.
La interacción entre la política, la economía y la sociedad en cada país crea un terreno complejo donde las transacciones financieras y comerciales deben abordarse con una evaluación minuciosa.
En este contexto desafiante, la toma de decisiones informada y la implementación de medidas protectoras no solo se vuelven esenciales, sino también estratégicas para garantizar el florecimiento sostenible de los negocios en la región.