La reacción de los candidatos ante el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el contrato minero revela su verdadera naturaleza. En sus discursos, la verdad es una palabra vacía, desprovista de contenido y compromiso. Martin Torrijos destacó al mantener su integridad desde el inicio de la discusión en la Asamblea, expresando claramente su desacuerdo en blanco y negro.
Contrastando con esto, aquellos que se beneficiaron de la negociación, como Romulo Roux y Ricardo Lombana, que habían manifestado su anuencia inicial a mantener la mina, ahora indican que fueron mal interpretados e incluso hay quién demuestra la volatilidad típica de la política al cambiar de posición según el cargo que ocupe. No sería sorprendente ver a Ricardo Martinelli y José Gabriel Carrizo argumentando que siempre estuvieron a la espera de la decisión de la CSJ, alegando su posición antiminera por naturaleza.
Cada vez que viajo por Alanje, una de las zonas más productivas de Chiriquí, observo cómo prosperan los cultivos gracias al regadío Remigio Rojas. Esta iniciativa podría replicarse en otras áreas del país si no fuera por la corrupción, que impide incluso su inicio al repartir millones en comisiones. El sector agropecuario demanda líderes serios, donde la mentira y el engaño no tengan cabida en sus planes de gobierno.
Este sector, golpeado no solo por pérdidas materiales, sino también por el estrés de deudas impagables y la falta de seguridad pública, enfrenta interrupciones no programadas que afectan el desarrollo de proyectos. En el agro, no es posible reiniciar labores como si se tratara de retomar una lección antes de las vacaciones.
En resumen, necesitamos líderes capaces de realizar obras como el Remigio Rojas, que comprendan la diferencia entre un caballo y una vaca, con conocimiento del campo. Líderes que no se caigan de un caballo al intentar interactuar con ganaderos, reconociendo que un regadío es una ayuda constante y que invertir en formar agrónomos y veterinarios es más crucial que aumentar el presupuesto de la Asamblea Nacional.
Esto no sería un experimento para Martin Torrijos; sería la continuidad de un mandato serio y responsable, porque aquellos acostumbrados a resolver problemas no lo olvidan a lo largo de sus vidas.