El sismo afectó a las provincias de Gansu y Qinghai, donde se registraron 131 muertes y más de 700 heridos
Después de dos días de haberse registrado el terremoto al noroeste de China, empieza a llegar la ayuda a las personas afectadas en medio de una ola de frío.
Las tareas de búsquedas y rescates continúan en las provincias de Gansu y Qinghai, áreas afectadas por el movimiento telúrico. Los rescatistas se enfrentan a una ola de frío con temperaturas de hasta 14 grados bajo cero, por lo que trabajan a contrarreloj en la búsqueda de supervivientes, reportó el diario catalán El Periódico.
Los últimos informes indican que las cifras de muertos se mantienen en 131, 734 heridos y 20 desaparecidos. Gansu, es la provincia más afectada, con 113 fallecidos. En Qinghai ha habido 14 muertos.
El terremoto, de magnitud 6,2 grados, se produjo un minuto antes de la medianoche del lunes, en la frontera entre las dos citadas provincias, afectando las ciudades de Jishisan, en Gansu, y a la ciudad de Haidong, en la vecina Qinghai.
Algunos de los servicios básicos afectados han comenzado a restablecerse: en Jishisan se encuentran operativas 279 de las 314 estaciones de telecomunicaciones existentes y el 88 % de los hogares ha recuperado el suministro eléctrico, informó la agencia Xinhua.
Según un análisis preliminar del Centro de Redes Sismológicas de China, el epicentro se situó en la zona noreste de la meseta tibetana, un área sísmica que sufre con frecuencia terremotos debido a su cercanía al lugar donde friccionan las placas tectónicas de Asia y la India, en el Himalaya.