Un estudio del Instituto Weizmann descubrió que las lágrimas son un mecanismo de los mamíferos que proporciona una manta química protectora contra la agresión
Las lágrimas de las personas desactivan comportamientos violentos y es que de acuerdo con un estudio del Instituto Weizmann, oler las lágrimas de las mujeres cambia la química del cerebro de los hombres de tal forma que reduce posibles reacciones agresivas, publicó el Clarín.
El líquido lagrimal de las ratonas, por ejemplo, contiene sustancias químicas que afectan las redes de agresión en el cerebro, reduciendo así las peleas entre los ratones macho. Los machos subordinados de ratas topo ciegas se embadurnan de lágrimas para reducir el comportamiento agresivo del macho dominante hacia ellas.
El profesor Noam Sobel, cuyo laboratorio en el Departamento de Ciencias del Cerebro de Weizmann, planteó que los humanos también usamos las lágrimas como señales sociales. En 2011, en una investigación publicada en Science, su equipo demostró que oler las lágrimas emocionales de las mujeres reducía los niveles de testosterona en los hombres, lo que resultaba en niveles algo minimizados de excitación sexual.
En este estudio, los científicos se propusieron determinar si las lágrimas tienen el mismo efecto de bloqueo de la agresión en las personas que en los roedores. En una serie de experimentos, los hombres fueron expuestos a las lágrimas emocionales de las mujeres o a la solución salina, sin saber qué estaban oliendo y sin poder distinguir entre los dos, ya que ambos son inodoros.
A continuación, los hombres jugaron un juego entre dos, el cual fue diseñado para provocar un comportamiento agresivo en una persona. Se les hizo creer que estaban haciendo trampa y cuando se les daba la oportunidad, podían vengarse de los otros jugadores haciéndoles perder dinero, aunque ellos mismos no ganaban nada.
Luego que los hombres olieran las lágrimas emocionales de las mujeres, su comportamiento agresivo en busca de venganza se redujo en casi 44%, es decir, más de la mitad.
Esto parecía equivalente al efecto observado en los roedores, pero los roedores tienen una estructura en la nariz llamada órgano vomeronasal, que capta las señales químicas sociales. Los humanos no tienen este órgano. Entonces, ¿cómo perciben las sustancias químicas sociales? Para encontrar una respuesta, los investigadores aplicaron las lágrimas a 62 receptores olfativos humanos en una placa de laboratorio y descubrieron que cuatro de estos receptores fueron activados por las lágrimas, a pesar de que las lágrimas son inodoras.
Los investigadores también repitieron los experimentos mientras examinaban los cerebros de los hombres en un escáner de resonancia magnética. Las imágenes mostraron que dos regiones del cerebro relacionadas con la agresión (la corteza prefrontal y la ínsula anterior) estaban menos activas cuando los hombres olían las lágrimas.
Cuanto mayor es la diferencia en esta actividad cerebral entre la solución salina y las lágrimas, menos a menudo el jugador se venga durante el juego, concluyeron los científicos.