Es el punto de partida de todo vínculo no contar con esa capacidad genera distancia o daños en el otro
Para establecer un vínculo se necesita mucho más que la presencia de dos personas. Toda relación requiere de un ida y vuelta donde la premisa fundamental es la disponibilidad afectiva, concepto que alcanzó la popularidad recientemente.
La disponibilidad afectiva es el punto de partida de todo vínculo y se basa en la predisposición para la apertura y el intercambio con los demás, según explicó al diario argentino Clarín el psicólogo Pablo Melicchio.
Lo que esta capacidad implica es, justamente, el estar disponible, dispuesto afectivamente para una pareja, amigos o espacios laborales.
“Cuando una persona no tiene disponibilidad afectiva, de alguna manera se cierra, bloquea toda implicancia emocional, suele alejarse o dañar al otro para que no prospere el vínculo”, explicó el especialista.
El origen de esta ausencia puede obedecer a distintos motivos: experiencias traumáticas infantiles, padecimientos no resueltos en otros vínculos, e incluso cuadros psicopatológicos, detalló Melicchio.
Sea cual fuere la causa, lo concreto es que hay gente que no está dispuesta a establecer vínculos sanos, amorosos y profundos, y reconocer este asunto es esencial para el bienestar de quien se topa con estas personas.
Hay responsabilidad afectiva cuando se establece un vínculo y se tiene la capacidad de tener en cuenta no solo los deseos y necesidades propias sino también las de los demás, trabajando en pos del bienestar mutuo y la estabilidad emocional”, destacó el psicólogo.
¿De qué modo se es responsable afectivamente? A través del compromiso basado en el respeto y en el cuidado y siendo conscientes de que las palabras, los silencios, los actos y las omisiones causan efectos en toda interacción.
“La responsabilidad afectiva está hermanada con la empatía, es decir, con la posibilidad de comprender las emociones y los sentimientos de los demás, con el registro emocional de que el otro ser humano no es una cosa sino una persona que tiene una historia previa, sentimientos, deseos y necesidades”, enfatizó.
Consenso, respeto, cuidado, diálogo y ausencia de jerarquías van de la mano de la responsabilidad y la disponibilidad afectiva, conceptos que casi en su totalidad son opuestos a las características del amor romántico.
¿Cómo saber si una persona tiene disponibilidad afectiva? Más allá de las señales de alerta que puedan advertirse, el diálogo será siempre una herramienta imprescindible.
El psicólogo mencionó que “es fundamental que en todo vínculo circule la palabra y la escucha, y que en el diálogo se puedan expresar los deseos, las necesidades, los proyectos y las expectativas de cada uno”.
“Y si en algún momento alguno pierde el interés o el deseo por la pareja y no está disponible para ésta, lo más recomendable es no quedarse en una espera pasiva, proponer el diálogo y comprender si se trata solo de una crisis pasajera o son los signos del final de la relación”, Melicchio.