La próxima vez que la humanidad regrese a la Luna o llegue a Marte lo hará para quedarse
La Luna es un imán, y nos atrae para volver. Hace medio siglo los astronautas de la misión Apolo 17 estuvieron allí tres días. Caminaron con sus trajes espaciales durante 75 horas y viajaron en un carrito mientras la humanidad los observaba por la televisión a 380,000 kilómetros de distancia, informó el diario argentino Clarín.
El programa Apolo se canceló en 1972 luego de que amarizaran, de regreso, en el Océano Pacífico. Desde entonces, la Luna quedó vacía, inexplorada.
Ahora la NASA planea un regreso. Esta vez la permanencia sería por más tiempo. Por eso proyecta construir casas que puedan ser utilizadas no solo por astronautas sino también por ciudadanos comunes.
Creen que para el año 2040 los estadounidenses tendrán allí su primera subdivisión en el espacio.
Vivir en Marte tampoco está muy lejos. Algunos miembros de la comunidad científica opinan que el calendario de la NASA es demasiado ambicioso, sobre todo antes de que se demuestre el éxito de un nuevo alunizaje.
Pero, científicos de la agencia afirman que el objetivo de 2040 para las estructuras lunares está en marcha.
Manos a las obras
La NASA enviará una impresora 3D a la Luna y construirá las estructuras habitacionales, capa por capa, con un hormigón lunar especial creado a partir de fragmentos de roca, trozos minerales y polvo que se encuentra en la capa superior de la superficie poblada de cráteres.
Todo un plan de sueño lunar que será posible a través de nuevas tecnologías y la colaboración con universidades y empresas privadas.
La NASA está más dispuesta que nunca a asociarse con el mundo académico y con líderes de la industria, lo que ha hecho que el campo de juego sea mucho más amplio que en tiempos de las misiones Apolo.
Entre los muchos obstáculos que plantea estar en la Luna figura el polvo, un polvo fino tan abrasivo que puede cortar como el vidrio. Se arremolina en penachos nocivos y resulta tóxico cuando se lo inhala.
Si las casas de la Tierra pueden imprimirse en 3D con suelo fabricado a partir de minerales que se encuentran aquí, pensó Clinton Jr., las casas de la Luna podrían imprimirse a partir del suelo que hay en ella, cuyas temperaturas pueden resultar realmente extremas, y pese a la despiadada combinación de radiación y micrometeoritos, que representa un riesgo tanto para los edificios como para los cuerpos.
Por el momento los planes son poco más que renderizaciones, pero han contado con el aporte de arquitectos tanto del Bjarke Ingels Group como de SEArch+ (Arquitectura de Exploración Espacial) para elaborar conceptos y diseños.
La impresión 3D construye objetos capa por capa a partir de un archivo digital. En sus proyectos de construcción en la Tierra, ICON utiliza un material de construcción patentado y exclusivo llamado Lavacrete. Nada ajena a proyectos ambiciosos, la empresa es la creadora del sistema robótico de construcción a gran escala.
“Es una progresión sorprendentemente natural si nos preguntamos por las formas en que la construcción aditiva y la impresión 3D pueden crear un futuro mejor para la humanidad”, destacó Jason Ballard, director ejecutivo de ICON, en un comunicado de prensa.
“Allí arriba la química es la misma, pero la física es diferente”, afirma Patrick Suermann, decano interino de la Facultad de Arquitectura de la Universidad A&M de Texas, que colabora con la NASA para desarrollar un sistema de construcción que pueda ser manejado por robots en el espacio.
Viajar con poco peso es fundamental, agrega, porque cada kilogramo adicional transportado en un cohete a la Luna cuesta alrededor de $1 millón. Según Suermann, llevar materiales desde la Tierra para construir en el espacio es insostenible.
“No hay supermercados Home Depot allá. Así que: o sabes cómo utilizar lo que hay allá arriba o mandas todo lo que te hace falta.”
Además, todo equipamiento que vaya a la Luna debe probarse en la Tierra para garantizar que puede soportar el entorno, por lo que el Centro Marshall también cuenta con recintos de chequeos.
“Si podés sobrevivir a nuestras cámaras de prueba es muy probable que sobrevivas al espacio”, observa Víctor Pritchett, director de pruebas ambientales del Centro Marshall.
Desde luego, una casa no sólo se compone de paredes: incluso en el espacio el ser humano necesita una puerta por la que entrar y salir, y una vez dentro, objetos en los que sentarse y dormir y todos los demás accesorios de la vida.
La NASA está trabajando con un conjunto de universidades y empresas privadas para crear prototipos de mobiliario espacial y diseño de interiores.
Construir en Marte
La Luna no es la frontera final. Incorporado al impulso de la NASA de edificar sobre el satélite, hay un objetivo más prolongado e incluso más remoto: llegar a Marte.
La Luna es un lugar práctico como parada intermedia, ya que la NASA cree que el agua de la superficie lunar podría convertirse en combustible para cohetes.
Una nave espacial que viaje de la Tierra a Marte podría hacer escala en la Luna, para que cada cosmonauta pudiera estirar las piernas, comer algo dentro de una estructura impresa en 3D y reposar lo necesario antes de seguir su trayecto.
En junio pasado, cuatro astronautas de la NASA saludaron con bombos y platillos a una multitud congregada en Houston y entraron a Mars Dune Alfa, una estructura de 160 metros cuadrados impresa en 3D por ICON, con Lavacrete teñido del mismo color óxido que predomina en el planeta rojo.
Después cerraron las puertas. Pasarán un año en condiciones simuladas como práctica para vivir algún día realmente en Marte.