“Nuestros pensamientos están directamente relacionados con la calidad de energía. Si es energía positiva, tendremos muchos más pensamientos positivos”
“Algo que define muchísimo nuestra calidad de vida es la calidad de los pensamientos que tenemos. A mí me gusta decir que somos los pensamientos que tenemos. Si nuestros pensamientos son positivos, constructivos y optimistas, vamos a tener una vida constructiva y optimista durante la que podremos hacer muchas más cosas”, asevera Ana Ibáñez, directora de los centros Mindatudio.
“¿Cómo podemos hacer para que nos vengan (porque los pensamientos van y vienen) más pensamientos positivos y menos pensamientos negativos?”, pregunta esta ingeniera química y neurocientífica.
Y, enseguida responde. “Una de las cosas claves es saber que nuestros pensamientos están directamente relacionados con la calidad de energía que tenemos. Es decir, si tenemos una energía positiva, vamos a tener muchos más pensamientos positivos”.
¿Por qué ocurre esto? “Porque nuestro cerebro –añade-, para conectar las áreas que nos permiten hilar pensamientos positivos, necesita más energía. Para nuestro cerebro, resulta más complicado poner en marcha el engranaje del pensamiento positivo, que utiliza el córtex prefrontal, que el de los pensamientos negativos”.
Ibáñez explica por qué hay días de borrascas mentales que la persona se siente agotada. “Cuando hemos dormido mal o descuidado nuestra alimentación, es más fácil que lleguemos exhaustos al final de la jornada y nos invadan los pensamientos negativos, porque nuestro cerebro no tiene la energía suficiente para generar pensamientos positivos y utiliza la poquita con la que cuenta para fomentar nuestra negatividad”.
¿Qué hacemos, entonces, para salir de ese túnel del horror? “Lo primero que tenemos que hacer es ser conscientes de que recargarnos de energía nos va a asegurar tener muchos más pensamientos positivos. Esto es algo que todos nosotros experimentamos, por ejemplo, después de hacer deporte ya que, aunque físicamente estemos cansados, nuestro cerebro tiene más energía y aumenta su capacidad de producir pensamientos más positivos”.
“Después de escuchar una buena música, vamos a tener más pensamientos positivos. Después de alimentarnos bien, vamos a tener más pensamientos positivos. Después de disfrutar de una buena conversación, vamos a tener más pensamientos positivos. Ser conscientes de todo ello va a hacer que, poco a poco, podamos ir definiendo cómo nos invaden todos estos pensamientos en nuestro día a día”, concluye Ibáñez.