La llamó parásito y chupa teta del Estado, un mecanismo de propaganda, no una artista
Javier Milei abrió un nuevo e insólito frente de guerra retórica en Argentina, comentó este sábado el diario argentino Clarín.
No se trata esta vez del “colectivismo” o los comunistas imaginarios que protestan en las calles contra su programa de choque. El ultraderechista Milei ha convertido a la actriz y cantante pop Lali Espósito en blanco de su ira, al punto de que el colectivo Ni Una Menos y otras organizaciones feministas salieron a repudiar “esa forma de impotencia del poder que solo sabe ser violento y patriarcal mientras hace el ajuste a la economía más inhumano que recordamos”.
Espósito, una de las protagonistas de la serie Sky rojo, había expresado su estupor por el ascenso de Milei que lo llevó a ganar las elecciones. Desde ese momento, quedó en la mira de la ultraderecha en las redes sociales.
Milei no hizo más que seguir esa corriente. Días atrás puso su caso como un ejemplo de un despilfarro de los recursos públicos. “Si eres un parásito que vivió chupando de la teta del Estado, estás en problemas y, si encima tus opiniones están en línea a un espacio político que te pagó las presentaciones, sos un mecanismo de propaganda, no eres una artista”.
El financiamiento de actividades culturales y festivales al aire libre, que ha sido frecuente durante las administraciones peronistas, es para la ultraderecha una erogación superflua.
Para Gabriela Cabezón Cámara, autora de la reconocida novela Las niñas del naranjel, “que un presidente persiga a una artista es un delirio”. Su colega Claudia Piñeiro habló de un “fascismo en el siglo XXI”.
Ricardo Mollo, el líder de Divididos, uno de los grupos de rock más importantes de Argentina aludió a las penurias que atraviesa la sociedad y la búsqueda de chivos expiatorios por parte de Milei.
Hasta Carolina Píparo, candidata a gobernadora bonaerense de La Libertad Avanza, el partido oficial, salió en defensa de la cantante. “Personalizar y atacar a una artista por decisiones que tomaron otros políticos es erróneo. Personalizar y atacar a una artista desde el poder del Estado es asimétrico”.
La ultraderecha se ha enfrentado desde el inicio del gobierno con los artistas e intelectuales casi en su conjunto por su decisión de cerrar el Instituto de Cine, el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional de Teatro al considerar que son usinas de “socialismo” y “marxismo cultural”.
La elección de Espósito, una cantante con un auditorio juvenil y bajos niveles de politización, como objeto del escarnio no tiene precedentes en 40 años de democracia.
Con casi dos décadas de carrera, Espósito se inició en las series televisivas infantiles. Más tarde se convirtió en una estrella del universo “teen”. Pasó por el teatro y el cine. La música le dio más relevancia global. Ha editado cinco discos. Lo que nunca esperaba era polemizar con una autoridad ejecutiva.
La estrella pop lamentó que Milei la ataque sobre la base de difamaciones que circulan en las redes sociales. “Respeto, aunque no comparto –le respondió-, que su plan dé la espalda o no priorice a la cultura, pero creo que la demonización de una industria y de las personas que la conforman no es el camino, siento que la asimetría de poder entre Ud. y los que ataca por pensar distinto y la información falsa vuelve a su discurso injusto y violento”.