Pese a la supuesta precisión del programa se denomina Habsora o Evangelio, en la agresión israelí han muerto cerca de 40,000 palestinos
En los primeros cinco días de la agresión de Israel contra Gaza, la aviación y los misiles israelíes atacaron y destruyeron 1,000 objetivos, según recuento de la plataforma de investigación periodística israelí +972. En el ataque al enclave gazatí de Jan Yunis del pasado fin de semana, Israel alcanzó en cinco minutos 56 objetivos de bombardeo, informó el diario catalán El Periódico.
No hay precedentes para esa potencia y concentración de blancos militares en tan poco tiempo. Y en esa rapidez y letalidad tiene que ver que la de Israel y Hamás es la primera guerra de la historia con uso creciente, quizá ya intensivo, de la Inteligencia Artificial (IA).
Una coraza de secreto y desinformación oficial protege el verdadero alcance del programa Habsora -el Evangelio- al que se le atribuye la capacidad de procesar millones de datos.
Con ellos se construyen ficheros o bancos de información sobre el enemigo y sus medios de emplazamientos más sensibles. Estos pueden ser matrículas, teléfonos, fotos colgadas en redes sociales, videos pasados por mensajería telefónica, tomas de cámaras de seguridad, documentos oficiales de empadronamiento e informes de inteligencia.
Desde el primer momento de la actual guerra en Gaza, el objetivo no ocultado por Israel ha sido la consecución de una disuasión permanente por la vía de ataques demoledores y la eliminación de Hamás y la aniquilación de un número decisivo de sus 30,000 milicianos.
Habsora busca entre el torrente online de datos, los cocina apoyando en la localización de domicilios, almacenes y sedes operativas. De ahí que se vieran en esta guerra, sobre todo al inicio, rascacielos enteros de viviendas echados al suelo entre explosiones porque albergaban miembros de Hamás.
Pese a las dudas sobre la verdadera capacidad de Habsora recogidas en un reciente informe del think tank de seguridad Royal United Services del Reino Unido, altos oficiales del Ejército en España sostienen que ese programa de inteligencia artificial ha sido utilizado para ayudar a marcar domicilios de dirigentes y jefes intermedios de Hamás, silos de cohetes, arsenales, talleres de montaje de misiles “y también bocas de túneles, en base a imágenes de satélite y de dron de observación”.
El Estado Mayor del Ejército de Israel cuenta con ayuda virtual para la elección y discriminación de objetivos. Pero no solo Habsora, también otros dos programas informáticos con ayuda de IA. Uno es el Alquimista para colaborar en la orientación y alerta de unidades sobre el terreno. El otro es Profundidad de la Sabiduría, cuya existencia han referido públicamente analistas de defensa estadunidenses.
Este último programa habría ayudado al mapeo en orientación, extensión y profundidad de túneles de Hamás, utilidad en favor de Israel para dirigir bombas aéreas capaces de clavarse en terreno urbano hasta 35 metros.
Con menos secreto militar en este caso, la IA interviene también en el afinamiento del tiro de los soldados israelíes a pie de terreno.
Se trata de una aplicación para miras de fusil y ametralladora, la Smashx4, de la firma israelí de alta tecnología Smart Shooter o tirador inteligente. El asistente de tiro Smash se usa en esta guerra para que los soldados puedan por sí mismos derribar drones con gran porcentaje de acierto.
Este invento se está utilizando en el despliegue de unidades a pie del ejército israelí, desde que les llegó la hora de invadir Gaza. A los portadores del fusil equipado con esta mira asistida les está proporcionando otra utilidad especialmente conveniente en la guerra urbana, entre escombros, esquinas y recovecos: las máquinas se interconectan, y cada soldado es reconocible y localizable por otro combatiente con la misma mira codificada.
Pero esa es una ayuda operativa, muy física en comparación con la utilidad virtual que también le atribuye a Habsora el diario israelí Haaretz: ayuda para librar la guerra cognitiva.