Su origen. Las primeras pandillas nacen en las cárceles del Brasil. La Falange Vermelha (Falange Rojo). Nació de una alianza entre militantes de izquierda con criminales comunes, cuando permanecían presos juntos, durante la dictadura militar de Brasil entre 1964 y 1985. La Falange Roja, en los años de 1990, fue la organización criminal más poderosa de Río de Janeiro.
Luego surgió, en la cárcel, el Primeiro Comando da Capital (PCC), su método era utilizar las cárceles como bases de operaciones. Actualmente, ese método se copia en todas las pandillas de América.
Las pandillas, bandas son un arma de la izquierda latinoamericana que usan para controlar el bajo mundo, los negocios ilícitos, el narcotráfico. Es un mecanismo de control político de la población para época de elecciones. El mejor ejemplo, es Venezuela.
Desde esta perspectiva táctica de la izquierda internacional los gobiernos de izquierda, como los de Colombia y México, no aplastan las organizaciones criminales porque son parte de su forma de gobernar. Hay otros antecedentes importantes, como puntos de inflexión para comprender el fenómeno de las pandillas en América Latina.
Cuba, 1980. Fidel Castro desarrolla un método para infiltrar a miles de criminales en Estados Unidos, aprovechando una crisis interna cuando asaltan la embajada del Perú en La Habana en 1980.
La ocupación de la embajada peruana, empujó a miles de cubanos -que ingresaron violentamente a los predios de ese recinto dipomático- a buscar asilo tomando por sorpresa a la dictadura cubana.
Castro se vio obligado a anunciar la apertura del puerto del Mariel para que pudiesen salir de la isla los cubanos que buscaban emigrar. Castro desarrolló su plan. Aplicó una medida activa. Sacó a cientos de presos de las cárceles, a enfermos mentales de los hospitales psiquiátricos, recogió a los vagabundos de las calles y a las prostitutas y los puso en el puerto del Mariel mezclándolos con los cubanos opositores.
Provocó un gran éxodo que duró siete. “Los marielitos” así llamaron en Florida a los criminales que Castro exportó a Estados Unidos. “La mayoría de los que llegaron eran buenas personas, pero los delincuentes que envió Castro siguieron delinquiendo aquí”, comentaban en Miami.
Ecuador. Estalló una crisis de seguridad, al inicio del año cuando desde las cárceles, en control de las pandillas, atacaron al Estado ecuatoriano imponiendo el terror aplicando el máximo de la violencia, empleando métodos terroristas. Ecuador es un gobierno de derecha.
Haití. Ahora es el caso de las pandillas de Haití. Actualmente controlan el país. Son una amenaza para la región. Hay antecedentes de que las pandillas haitianas están operando en La Florida. Zoe Pound, es una pandilla criminal fundada en Miami a mediados de la década de 1990 por migrantes haitianos. La actual crisis en Haití, en parte, es la responsabilidad de las leyes flexibles para la compra de armas en Estados Unidos que luego se desvían hacia Haití. Estados Unidos es la principal fuente del tráfico ilegal de armas. Esas mismas armas van a parar a manos de los carteles mexicanos.
El Salvador. Hasta ahora ha sido el único Estado que ha metido en cintura a las pandillas más peligrosas en su momento, como la Mara Salvatrucha (MS-13). Usando el poder del Estado al máximo, con el respaldo de las Fuerzas Armadas doblegaron a las pandillas. La única forma de someterlos es aplicando más terror que el que usan las pandillas. Ese es un concepto de la escuela israelí de las guerras terroristas.
“Terror se combate con más terror”, y ha dado frutos a lo largo de la historia terrorista del siglo pasado.
La MS-13 se originó en Los Ángeles, California. Se remonta a la guerra civil que se desarrolló entre 1980 y 1992 y miles de salvadoreños emigraron a Estados Unidos. La gran mayoría de los fundadores de la MS-13 fueron jóvenes que desde niños habían vivido la violencia de la guerra, participando como guerrilleros o niños soldados reclutados a la fuerza por el ejército salvadoreño.
Venezuela. El tren de Aragua. Nació en las cárceles del chavismo. Es su arma secreta para intervenir en otros países de la región, no alineados ideológicamente. Atacando desde adentro al sistema, aplicando el viejo método cubano de los marielitos cuando inundaron la Florida y se tomaron el control del bajo mundo.
México. Ocupa el cuarto lugar en el mundo en términos de criminalidad y el segundo en América detrás de Colombia. Los carteles mexicanos han venido creciendo por años, a lo largo de todos los gobiernos desde los PRI hasta el actual. Como ejemplo, los macro carteles Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Colombia. El clan del golfo, las Bacrim, las disidencias de las FARC. El presidente Gustavo Petro aplicó el mismo discurso y metodología del presidente de México, Manuel López Obrador, de: “Abrazos, no balazos”. Fracasó en su plan de pacificar a Colombia.
Panamá. Según la Policía Nacional hay más de 100 pandillas operando en el país, que controlan Colón y sus puertos, empleando los mismos métodos que las pandillas de El Salvador, Ecuador y Haití. El terror y la violencia.
La incapacidad del gobierno para enfrentar el crimen organizado contribuye a la inconformidad de la sociedad respecto de la democracia.
El objetivo estratégico del método de usar las pandillas, es atacar a los gobiernos enemigos del socialismo siglo XXI, o del Foro de San Pablo o el denominado Grupo de Puebla. Panamá es blanco al igual que Estados Unidos.
¿Por qué en Nicaragua no tienen problemas con las pandillas? Porque no existen.
El problema de las pandillas no tiene su origen en un tema social únicamente, como lo presentan los teóricos. Es un problema de seguridad nacional y debe enfrentarse con métodos y tácticas antiterroristas. Estados Unidos debe aplicar un mayor control en las ventas de armas al extranjero.
Recientemente las pandillas hicieron su debut en Darién quemando un campamento de migrantes. Días después el ministro de Seguridad declaró que fueron pandilleros infiltrados los que atacaron.
Ese es el método de Cuba. Los marielitos ahora son las pandillas del Tren de Aragua o las Bacrim.
El gobierno de Panamá debe cambiar sus métodos de “trato humanitario” a los migrantes, al de la defensa de la frontera como un problema de seguridad interna.
La amenaza es creciente por el ingreso a través de las fronteras de pandillas organizadas que son parte de un plan macro de la izquierda internacional para atacar a Estados Unidos y sus aliados. Panamá es un blanco.