Su plan para la vida digna esté basado en el bienestar humano, lo que considera como una democracia real
La izquierdista Maribel Gordón, profesora y economista de profesión, aspira a la presidencia de Panamá en las elecciones del próximo 5 de mayo con un plan de gobierno basado en propuestas sociales para la “vida digna”, siendo la única candidata con un plan enfocado a políticas de igualdad.
“Ese es nuestro enfoque, que incorpora a las mujeres en la toma de decisiones y mi principal propuesta es un presupuesto nacional con perspectiva de género”, dijo en una entrevista con la agencia EFE, Maribel, candidata independiente y que está entre los últimos lugares en todas las encuestas, a las que no reconoce y en las que bordea el 2 % de intención de voto.
Maribel, de 62 años y conocida popularmente como ‘la Profe’, es la única candidata con ideas abiertamente socialistas y apoyadas por parte del movimiento feminista del país al tener un discurso público contra la violencia machista y las brechas de igualdad.
Explicó que en el país hay “bajos salarios” para las mujeres porque están “colocadas en las actividades económicas donde predomina el salario mínimo” debido a que “el sistema no genera un empleo digno para la mujer”.
La candidata presidencial tiene una larga trayectoria dentro de los movimientos sociales en Panamá, pero saltó a la palestra pública en las protestas contra el encarecimiento de la vida en el 2021, cuando los precios de la gasolina y otros productos básicos se dispararon por la inflación global.
Esta es la tercera vez que Maribel intenta llegar a las esferas del Poder Ejecutivo. Las dos veces anteriores -2014 y 2019- fue compañera de fórmula con el izquierdista Frente Amplio por la Democracia (FAD), el brazo político del SUNTRACS y el que su aparatoso fracaso en las elecciones pasadas hizo disolver el partido.
A Maribel se le relaciona con los movimientos sociopolíticos de la izquierda latinoamericana. Reflejo de ello es su proyecto de gobierno bautizado como el ‘plan para la vida digna’, que se basa en el “bienestar humano”, la “real democracia”, el “rescate de la identidad” y una reforma constitucional por la vía constituyente, una de las dos opciones que permite la actual carta magna.
Propone crear en Panamá, un país “con sus características específicas”, un proyecto de “desarrollo nacional y social, que sea de los panameños y las panameñas para los panameños y las panameñas” al que se puedan incorporar algunos “ejemplos de otras latitudes”.
Además defiende que el socialismo, “esa fase de transición entre capitalismo y comunismo” que se adapta a cada momento histórico, se ha intentado “desarrollar” de distintas maneras, por ello los regímenes en China, Cuba y Venezuela así como lo que “se intentó hacer en Bolivia, en Ecuador, México, incluso hoy en Colombia y Uruguay” no se parecen.