La operación tomó menos de 15 minutos, cargadores dobles y gasolina para encendedores
Son las ocho de la tarde del viernes. Sala de conciertos del Crocus City Hall, uno de los lugares de ocio más populares de la ciudad de Moscú. Cuatro terroristas de Estado Islámico se bajan fuertemente armados de un vehículo, previsiblemente un Renault Logan de color blanco con el que luego escaparán del lugar.
Al menos tres de ellos llevan fusiles semiautomáticos y el cuarto un material fuertemente inflamable, informó la agencia EFE.
Al llegar a la puerta abren fuego indiscriminadamente contra las personas que hacían cola para entrar en el concierto del grupo de rock Piknik, entre ellos los guardas de seguridad, que caen abatidos al instante. El paso a la sala de conciertos está ya expedito.
Así comienza, según los testimonios recogidos por los medios rusos, el que ya es el peor atentado de la historia de Rusia, por delante ya del secuestro de rehenes en el teatro Dubrovka en el 2002 a manos de un comando checheno.