Si se levanta sobre los antiguos pilares costará $400 millones, lo que aumentará si se rediseña para evitar accidentes futuros
Ajustado a la inflación, el puente de Baltimore, de 2.5 kilómetros de largo e inaugurado en 1977, costó unos $316 millones, pero el proceso de reconstrucción será más caro, informó la agencia Xataca.
Según Hota GangaRao -profesor de ingeniería de la Universidad de West Virginia-volver a levantarlo costará unos $400 millones con la condición de que se usen los pilares antiguos. Ahora bien, es algo que puede que no sea viable porque es posible que se quieran rediseñar para que estén más separados y evitar accidentes así en el futuro.
Eso dispararía los costos, ya que “eso requerirá más acero, una construcción más complicada y más controles”. Sobre los tiempos, Winkler afirma que habrá muchas preguntas sobre la mesa como si es necesario que sea más alto o contar con más fortificaciones, pero que al final “cualquier cambio dramático en la estructura o el diseño del puente haría que se realizara una revisión ambiental estricta”.
Sobre los tiempos, Benjamin Schafer -profesor de ingeniería civil y de sistemas en la Universidad Johns Hopkinsa afirma que la reconstrucción podría llevar una década o más, teniendo todo lo anterior en cuenta.
Afrontar una construcción como la del nuevo puente de Baltimore ya vemos que será compleja y larga, pero si se habla de puentes, debe mirarse automáticamente a China. Cuentan con el viaducto más largo del mundo, el Gran Puente de Danyang-Kunshan con 164 kilómetros de largo, y el Hong Kong-Zhuylai Macao con 55 kilómetros de largo, siendo el puente marítimo más largo del mundo.
Uno de los puntos que Vinkler pone sobre la mesa al hablar sobre el puente de Baltimore es ese nuevo estudio medioambiental que se deberá realizar si se cambia mucho respecto al puente original, siendo esto algo que afectaría negativamente a los tiempos de construcción.
En China, las cosas son algo diferentes en ese sentido. Es algo que se ha visto en la industria del automóvil, con regulaciones medioambientales más laxas que en Europa o Estados Unidos, pero también en el nuevo campo de batalla entre Estados Unidos, Europa y China.