La organización Panama Wildlife Conservation trabaja en la recuperación de sus poblaciones en la región de Azuero
En la tarea de proteger a los grandes guacamayos verdes, la educación ambiental se erige como un pilar indiscutible, informó recientemente el Panamá América. Su hermoso plumaje, portentoso cuerpo y elegante pico convierten a esas aves en presas fáciles del mercado negro.
Y el problema se agrava porque su hábitat se ubica en zonas de pobreza. Entonces cuando un traficante llega con miles de dólares en mano, la resistencia a entregar el animal se debilita.
Tomando en cuenta este escenario, la organización Panama Wildlife Conservation (PWCC ) aborda de forma integral la problemática en la región de Azuero, a través del proyecto ARA.
Luis Ureña, director de PWCC, recalca que mediante la educación ambiental se empodera a los residentes para que se conviertan en guardianes de los nidos y pichones.
“Uno de los problemas es el saqueo de los nidos. Las personas sacan los pichones y los venden en el mercado negro. Estamos recaudando fondos para fortalecer educación ambiental. Nuestro objetivo es hacer lo que han hecho otros países y ayudarlos a que se recuperen “, dijo Ureña.
El biólogo cita el ejemplo de Costa Rica, donde antes de trabajar en la recuperación de los guacamayos verdes se desarrolló una profunda campaña de educación ambiental, que ayudó a evitar que las aves terminaran enjauladas.
Actualmente la organización dicta talleres en diferentes centros educativos de Azuero para concienciar a los niños sobre la importancia de proteger al guacamayo verde.
Además de su venta inescrupulosa, la deforestación de los árboles centenarios en los que viven estos animales constituye otro problema. Desde el siglo XVI, el paisaje de Azuero ha sido alterado drásticamente, con alrededor del 95 % de los bosques tropicales reducidos, quemados o convertidos en tierras de pastoreo.
El guacamayo verde se encuentra en peligro de extinción. Se calcula que existen menos de 1,000 en el mundo. En Panamá puede avistarse en estado silvestre en diferentes puntos, no obstante, PWCC enfoca su trabajo en la península de Azuero.De acuerdo con Ureña, en esta región el guacamayo verde se puede observar con mayor facilidad debido a que hay mejor accesibilidad de calles, pero en Darién y la costa del Caribe también puede verse en grandes cantidades.
El biólogo ve un futuro esperanzador para el guacamayo, pero advierte que se necesitan más compañías que se dediquen a apoyar organizaciones porque la conservación cuesta mucho dinero.