Apela a un alto el fuego tanto en la franja como en Kiev
El papa defendió “una paz negociada” en Ucrania y Gaza porque “es mejor que una guerra sin fin” al tiempo que reiteró su llamamiento al diálogo y a la negociación, informó Europa Press.
“Es mejor una paz negociada que una guerra sin fin”, manifestó el pontífice en una entrevista a la cadena estadunidense CBS, en la que renovó su llamamiento para que cesen todos los conflictos del mundo.
Preguntado sobre las consecuencias en los niños de la invasión rusa en Ucrania, el papa Francisco señaló: “Esos niños no saben sonreír. Yo les digo algo, pero han olvidado cómo sonreír. Y cuando un niño se olvida de sonreír, es muy grave”.
Francisco hizo un llamamiento a todos los países “beligerantes” para que pongan fin a los conflictos: “Por favor, intenten negociar. Busquen la paz”, dijo.
También pidió oraciones por Gaza y aseguró que reza “mucho” por el alto el fuego en la franja, al tiempo que recuerda que cada tarde, llama a la única parroquia católica de la Franja para recibir noticias. “La situación es muy dura, muy dura –asegura–. Entre otras cosas porque la gente tiene que luchar por la comida”.
Francisco también se pronunció sobre el cambio climático y reiteró que “existe” y, sobre su salud, responde que está “bien”. Por otro lado, aseguró que en la iglesia hay sitio para todos.
“Yo diría que siempre hay un sitio. Si en una parroquia el párroco no parece acogedor, lo comprendo, pero vayan y busquen en otra parte, siempre hay un lugar, siempre. No huyan de la Iglesia. La Iglesia es muy grande. Es más que un templo… no deben escapar de ella”, agrega.
El papa también señaló que en el origen de las guerras hay a menudo “abrazos fallidos o rechazados, a los que siguen prejuicios, incomprensiones y sospechas, hasta el punto de ver en el otro a un enemigo”, durante su discurso en el acto organizado por el movimiento Acción Católica, que ha reunido a cerca 60,000 personas en la plaza de San Pedro bajo el lema ‘Con los brazos abiertos’.
“Cuando el abrazo se convierte en puño, es muy peligroso”, señaló Francisco, que también aseveró que esto “lamentablemente” sucede ante “los ojos” del mundo “en estos días, en demasiadas partes del mundo”.
“El impulso que hoy expresáis de manera tan festiva no siempre es acogido en nuestro mundo: a veces se encuentra con cerrazones y resistencias, de modo que los brazos se vuelven rígidos y las manos se aprietan amenazadoramente, convirtiéndose ya no en vehículos de fraternidad, sino de rechazo y oposición”, añadió. En este sentido, ha recalcado que “un abrazo puede cambiar vidas, mostrar nuevos caminos de esperanza”.