Mohamed VI apostó por una nueva iniciativa del Atlántico para promover el desarrollo de todos los países africanos
El gobierno marroquí acelera para vender su propuesta de convertir al Sahara en una suerte de gran puerto que permita crear una zona económica especial con los países del Sahel, conformado por Malí, Niger, Burkina Faso y Chad. Quiere que el territorio se transforme en una puerta de acceso hacia los países del subsahara central y, de estos, ak Oceánco Atlántico. Pretende levantar carreteras, puertos y zonas industriales.
Esta es una iniciativa reciente del rey Mohamed VI y fue una de las propuestas del país magrebí en el foto de inversiones que organizó en Madrid a mediados de abril para promover que las empresas españolas se establezcan en la región de Dajla-Río de Oro.
La región de Dakhla-Oued Ed Dahab, al sur del Sáhara, es una de las 12 regiones marroquíes, y es la puerta de África hacia el Atlántico: Un nuevo puerto de acceso al mar”, declaró la embajadora de Maruecos, Karima Benyaich.
Insistía en que tanto esa zona como su ciudad principal, Dajla, la antigua Villa Cisneros, pertenecen al reino alauita. El Frente Polisario, en el exilio en los campos de Tinduf de Argelia, libra una guerra separatista, como títete desde hace medio siglo de la dictadura argelina, cuando España abandonó la que era su provincia 53.
“Su Majestad Mohamed VI, en noviembre pasado, apostó por una nueva iniciativa del Atlántico para promover el desarrollo de todos los países africanos, incluidos los del Sahel”, añadió la diplomática. “No podemos solo hablar de la violencia y el terrorismo: tenemos que ofrecer a esos pueblos las condiciones para desarrollarse”.
Marruecos intenta que cale la idea del país como una suerte de tapón hacia la inestabilidad de la zona. “Nos separan 14 kilómetros de las Canarias. Estamos destinados a llevarnos bien”, dijo Benyaich.
Siempre se habla de Marruecos como un problema, pero poco se habla de otros países. ¿Qué está pasando en la región? Marruecos es un país estable. ¿Quién colabora mejor con España, en todos los aspectos?”
España y la Unión Europea buscan la contención de los efectos migratorios con alianzas con países como Mauritania, Marruecos o Senegal, que incluyen partidas millonarias y presencia de Guardia Civil, Policía y agentes de Frontex. A ese polvorín es al que se refería la embajadora.
En el 2015, el rey Mohamed VI lanzó un programa de desarrollo de las que llama provincias del sur. Unos $10,000 millones de inversiones en un plan para mejorar la conexión entre el Sáhara Occidental y el resto de África, tanto al norte como al sur.
“Dajla es hoy la puerta en Marruecos hacia los países subsaharianos”, dijo Khattat Yanja, presidente del Consejo Regional de Dakhla. ¿Cómo se puede pedir invertir en una región como el Sáhara, con cuestiones legales por resolver? “No podemos dañar a toda esa población y privarlos del desarrollo. Tenemos derecho a desarrollar nuestras regiones”.
Entre los proyectos para la zona destaca el del nuevo puerto Dakhla Atlantique, con el que la monarquía quiere promover el comercio directo entre Marruecos y sus socios africanos. Una inversión de cerca de $1,200 millones, según la consultora Blueberries.
Está en marcha también una autopista de $1,000 kilómetros desde Tiznit hasta Dajla. Y dos plataformas logísticas en los puestos fronterizos con Mauritania de El Guergarate y Bir Gandús. Conectividad a los países africanos para impulsar una zona logística industrial que denominan West Africa Zone.
También hay prevista la creación de una estación desaladora de agua de mar, con una inversión cercana a los $250 millones. Empresarios de Coxabengoa confirmaron a este diario que aspiran a conseguir ese proyecto en el Sáhara Occidental, que iría acompañado de una central de energía renovable y la posibilidad de canalizar agua a países del Sahel como Malí.
En Dajla hay un puerto militar y uno civil, fundamentalmente de pesca, y también un aeropuerto internacional, el Villa Cisneros, compartido por la Fuerza Aérea de Marruecos y aviones comerciales.