Salir de esa situación es realizando una técnica psicológica que se conoce como detención o parada del pensamiento
La forma en que se piensa es la causa de muchos de los problemas y la responsable de sentirse bien o mal. En este sentido, seguro que en alguna ocasión se ha tenido una idea rondándote la cabeza sin descanso que genera emociones negativas que no conducen a ningún lado, informó el diario español El Mundo.
Por mucho que se intenta apartarla, vuelve una y otra vez, con más fuerza si cabe. Hace que la persona se adelantes a acontecimientos que aún no han sucedido, afectándose su vida diaria y provocando, en algunos casos, cuadros de estrés o de ansiedad. Esas situaciones se conocen como pensamientos improductivos.
Los pensamientos improductivos son ideas o imágenes que vienen a la mente de manera automática e involuntaria de forma recurrente. Se empieza a divagar sobre ellas y a darle vueltas a la cabeza pensando en lo que se debería haber hecho o lo que tendría que hacer sin obtener ninguna conclusión.
Como cuenta la psicóloga Laura Fuster en su canal de YouTube, todo el mundo los tiene de manera más o menos habitual, ya que es imposible estas concentrado totalmente al 100% en algo.
“Sin embargo, hay pensamientos improductivos que tienen una carga muy negativa y eso puede ser que nos genere más malestar y puede ser peligroso para nuestro bienestar”, detalla.
La experta expone que los pensamientos improductivos son preocupantes cuando tratan sobre aspectos importantes de nuestra vida y llevan esa carga negativa que afecta emocionalmente.
Pueden ser sobre la salud, la relación de pareja, la situación familiar, el trabajo u otro asunto que signifique mucho para una persona. No obstante, dice que es fundamental tener en cuenta que “solo son pensamientos, lo que pasa que mucho más desagradables”.
La mejor manera de detener esos pensamientos improductivos y salir de esa situación es realizando una técnica psicológica que se conoce como detención o parada del pensamiento.
“Con la parada de pensamiento lo que buscamos es controlar la aparición repentina de estos pensamientos sin ponernos a dialogar con ellos y sin intentar cambiar su contenido, ya que el intentar razonar esos pensamientos intrusivos no nos aporta más que ansiedad y malestar”, explica la psicóloga Paula López Baldomir en su página web.
La experta añade que este ejercicio se debe ensayar a diario durante semanas para que dé resultados. Además, señala los pasos a seguir para ponerlo en práctica.
- En primer lugar, hay que hacer una lista de esos pensamientos perturbadores más habituales que se presentan de forma intrusiva y sobre los que parece que no tenerse control alguno.
- A continuación, se trata de buscar pensamientos o imágenes agradables alternativas a cada pensamiento negativo. “Es necesario que te sientas a gusto con los pensamientos que elijas, que sean tuyos y los sientas: Soy capaz de lograrlo, es mi miedo el que habla, no hay ninguna evidencia que eso sea así. Para encontrar esa alternativa, quizás se te haga más fácil pensar en qué le dirías a tu mejor amigo o amiga si te estuviera contando que está teniendo esos pensamientos”, expone la psicóloga.
- Tras ello, se debe elegir un estímulo de parada. Se trata de algo que nos indique que se tiene que dejar de lado esos pensamientos que no llevan a ninguna parte. Puede ser desde un golpe fuerte en la mesa hasta un pellizco en la mano pasando por una palmada o tirar de una goma que se lleva en la muñeca
- Después de haber utilizado el estímulo de parada, se debe buscar un nuevo foco de atención para no quedar con ese pensamiento tan molesto en la cabeza. Una buena idea es contar de 0 a 9 y de 9 a 0 de manera alternativa durante varias veces.
- En último lugar, tras haberse distraído con la serie numérica, hay que hacer varios ciclos de respiración abdominal profunda para relajarse a la que vez que recurrir a los pensamientos o las imágenes agradables alternativas que anteriormente se habían elegido.