Logró la reelección inmediata a pesar de que la Constitución lo prohíbe, con la bandera del “combate” a las pandillas
Nayib Bukele asume nuevamente la presidencia de El Salvador con un marcado contraste entre los discutidos logros en materia de seguridad alcanzados en su primer gobierno y una economía con a la cola del crecimiento en la región y en constante necesidad de financiación del Ejecutivo, incluso a costa de los fondos de pensiones de los trabajadores, informó la agencia EFE.
Bukele, que el sábado 1 de junio tomará posesión como presidente para el período 2024-2029, logró la reelección inmediata en los comicios de febrero pasado a pesar de que la Constitución lo prohíbe, con la bandera del “combate” a las pandillas.
Pero no le prestó atención a la situación de la economía, lo que le ha valido el mayor reclamo por parte la población, según diversas encuestas.
Bukele, que es recordado por irrumpir con militares y policías armados al Congreso cuando este era de mayoría opositora para presionar por un millonario préstamo, tomó las riendas del país cuando los homicidios sumaban al menos tres años de caídas consecutivas.
En el marco de esta medida extraordinaria, las organizaciones humanitarias han registrado más de 6,000 denuncias de atropellos, entre detenciones arbitrarias y torturas, además de 240 muertes de personas en custodia estatal.
Para el Observatorio Universitario de Derechos Humanos (OUDH), las cifras que presenta el gobierno en materia de homicidios “no son veraces” a raíz de que no se incluyen muertes que administraciones anteriores sí agregaban.
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Se trata de las muertes de pandilleros en supuestos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, de presuntos delincuentes muertos a manos de ciudadanos, las osamentas y cuerpos en cementerios clandestinos, además las muertes de detenidos, a pesar de presentar señales de violencia.
De acuerdo con el OUDH, solo en el 2023 el régimen de Bukele dejó de contar como homicidios la mitad de las muertes violentas, dado que reconoció únicamente 154 de 309.
En enero pasado, una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) dio a conocer que la situación económica ha desplazado a la delincuencia como la principal preocupación de los salvadoreños, principalmente por los efectos del régimen de excepción.
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El estudio indica que el 32,8% de la población considera que el “principal problema que enfrenta El Salvador” es la economía, mientras que el desempleo alcanzó el 17,3%.
Para el economista, José Luis Magaña, el balance de estos cinco años apunta a un “deterioro de las condiciones de vida de los hogares”.
En declaraciones a EFE, Magaña destacó que la pobreza extrema monetaria “se ha duplicado”, pasando de 86.000 hogares en el 2019 a 170.000 en 2023.
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De acuerdo con datos oficiales, el porcentaje de pobreza general pasó de un 22,8% a un 27,2% de los hogares.