Organismo identifica en Portugal 39 casos de abusos por parte de sacerdotes
Una propuesta para expulsar de forma permanente de la iglesia católica a cualquier clérigo que haya abusado de un niño o adulto vulnerable será presentada al Vaticano por la principal organización mundial de víctimas de abusos eclesiásticos, Poner fin al abuso del clero, informó la agencia Europa Press.
En la petición, la organización también solicitará reducción al estado laical, es decir, que cualquier sacerdote que incurra en estos delitos quedará impedido para ejercer cualquier ministerio.
El grupo se reunió la semana pasada durante tres días con miembros de la iglesia católica, entre los que se encontraban secretario de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, el director del Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana, el jesuita Hans Zollner y el jefe de investigación y desarrollo, monseñor Peter Beer.
En estos encuentros surgió la propuesta que será presentada oficialmente en septiembre al Vaticano y que incluye, entre otras, la creación de una agencia independiente con autoridad para llevar a cabo investigaciones y emitir recomendaciones e informes públicos, la obligación de transparencia en todo el proceso y sanciones severas para cualquier obispo o funcionario de la Iglesia católica que incumpla esta política.
Por otra parte, al menos 39 víctimas de abusos sexuales por parte de integrantes de la Iglesia católica en Portugal solicitaron una indemnización económica, informó la agencia EFE.
De estos 39 solicitantes, el 72 % son hombres y el 28% de mujeres, informó el grupo Vita creado por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) para atajar la pederastia en el seno de la iglesia católica.
En su informe el grupo Vita informó también de que, a través de peticiones de ayuda por teléfono o por internet, identificó a 105 víctimas de violencia sexual, 36 de ellas en los últimos seis meses.
En este primer año de actividad, el grupo afirma que atendió a 64 personas, de las cuales 58 eran menores o adultos vulnerables que fueron víctimas de alguna persona asociada a la iglesia católica lusa.
De esos 58, detalla que el 60,3 % es de género masculino, todos tienen nacionalidad portuguesa y, en el momento de las agresiones, tenían entre 5 y 25 años.