En estado crítico por los problemas de agua para el Canal, el cierre de la mina de Donoso y el despilfarro de los fondos públicos durante el gobierno saliente
José Raúl Mulino, un político que se define como pro empresa privada, asume este lunes la presidencia con la promesa de devolver al país el auge económico y frenar la migración irregular por el Darién, informó la agencia EFE.
Mulino, de 65 años, será investido en un evento en la capital panameña tras su victoria en los comicios del 5 de mayo, en los que obtuvo el 34,23% de los votos.
El acto contará con la presencia del rey de España, Felipe VI; los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Costa Rica, Rodrigo Chaves; República Dominicana, Luis Abinader; Ecuador, Daniel Noboa; Honduras, Xiomara Castro, y el primer ministro de Belice, John Briceño.
También asistirán los ministros de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares; Ecuador, Gabriela Sommerfeld; de Paraguay, Rubén Ramírez; Perú, Javier González Olaechea; Colombia, Luis Gilberto Murillo, y Nicaragua, Denis Moncada.
Estados Unidos estará representado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en tanto que de China estará el enviado especial del presidente Xi Jinping y ministro de la Administración General de Aduanas, Yu Jianhua.
A Mulino le será impuesta la banda presidencial por el nuevo presidente de la Asamblea Nacional en una ceremonia que tendrá lugar en el Centro de Convenciones Atlapa, para convertirse en el octavo presidente de la República de Panamá en democracia tras el régimen militar.
Aunque Mulino despuntó en su campaña con la frase “más chen chen”, reconoció públicamente durante las reuniones para la transición que en realidad “no hay chen chen”, como han venido alertando analistas desde hace mucho tiempo.
Mulino ha dejado claro que uno de los retos urgentes es reflotar la economía de Panamá, dependiente de los servicios y muy golpeada por factores como la crisis hídrica del canal interoceánico que obligó a restringir el tránsito de buques, o el cierre el año pasado, en medio de una controversia legal y social, de la gran mina Cobre Panamá, de la canadiense First Quantum Minerals, un negocio que suponía casi el 5% del PIB.
A ello se suma el acusado despilfarro de los fondos públicos durante el gobierno saliente de Nito Cortizo so pretexto de la pandemia y la crisis consecuente, como señalan economistas y políticos locales al recordar que la deuda sobrepasó los $50,000 millones este año cuando hace cinco, al inicio de la administración, rondaba los $31,000 millones.
En lo referente a la crisis migratoria, Mulino ha planteado repatriar de manera masiva a los migrantes irregulares que atraviesan desde Colombia la selva del Darién, y ha pedido a Estados Unidos un acuerdo de cooperación para que lo financie.
Los analistas sostienen también que Mulino debe navegar aguas turbulentas con un Parlamento atomizado y una parte de la sociedad que recela de su cercanía con el expresidente Martinelli, que sigue gozando de gran popularidad.
Mulino se ha reunido con todas las bancadas del nuevo Parlamento -entre ellas la mayoritaria de la coalición independiente Vamos- como una señal de que piensa consensuar las medidas que deberá tomar para sacar al país de la crisis y que pueden generar rechazo social, como elevar la edad de jubilación o algún impuesto.