El discurso racista y discriminatorio y el desconocer las necesidades de las circunscripción en la que se presentaban, fue parte de la debacle
El presidente de la Agrupación Nacional (RN) y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, admitió este lunes su “parte de responsabilidad” en la “derrota” en la segunda vuelta de las legislativas, pero insistió en que el avance que consiguió su partido les llevará al poder, informó la agencia EFE.
“Lo digo claramente, en algunas circunscripciones las apuestas que hicimos no fueron buenas. Asumo mi parte de la responsabilidad”, señaló Bardella en declaraciones a la prensa junto a la sede de RN donde esta tarde se celebraba una reunión del comité ejecutivo para analizar los resultados electorales.
Se refería así a la polémica de la última semana antes de la segunda vuelta del domingo por algunos candidatos del partido de los que se puso en evidencia que habían tenido comportamientos racistas o discriminatorios, o que no conocían la circunscripción en la que se presentaban.
También consideró que no habían sido “comprendidos” con la propuesta para limitar el acceso a los ciudadanos con doble nacionalidad, francesa y de otro país, a una serie de cargos estratégicos en puestos sensibles para la seguridad.
Se esforzó en explicar que esa medida, percibida como una discriminación, era únicamente para “unas decenas de puestos”.
Y reiteró que “en las victorias como en las derrotas, creo que hay que analizar lo que ha funcionado y lo que ha funcionado menos”.
Pero a continuación insistió en su voluntad de seguir trabajando para que de cara a los próximos comicios estén “todavía más preparados, todavía más atentos a lo que esperan los franceses y todavía más preparados para ejercer las responsabilidades”.
“Gobernaremos” porque “la ola que nos empuja es una ola poderosa y nos llevará al poder”, indicó antes de recordar que en la segunda vuelta consiguieron reunir el 37% de los votos.
El RN con sus socios conservadores consiguieron 143 diputados de los 577 de la Asamblea Nacional, de forma que quedaron por detrás del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas (182) y del bloque apoyado del presidente francés, Emmanuel Macron (168).
El cordón sanitario de la izquierda y de los macronistas contra el partido de extrema derecha impidió no solo la remota posibilidad de que obtuviera una mayoría absoluta, sino también que quedara en primera posición en la cámara de diputados, aunque fue con mucha diferencia el partido más votado.