Lo vinculan con beneficios a favor de compañía propiedad de su amigo, el empresario Pablo Torres
A tres semanas de dejar el cargo, el exadministrador de la AMP, Noriel Araúz, dejó armado un negocio para almacenaje flotante y en el que se vincula directamente a la empresa Monjasa y Stward Inc., propiedad de su amigo Pablo Torres, informó el diario Panamá América.
En un artículo, el rotativo detalló que este nuevo negociado cerró con broche de oro la gestión de Araúz en la AMP la cual estuvo marcada por contratos directos a amistades, compra de millonarias plataformas digitales que no funcionan y otras irregularidades que ahora son parte de procesos legales en la Corte Suprema de Justicia.
La embarcación Monjasa Thunder fue autorizada por Araúz, tres semanas antes de dejar el cargo de jefe de la AMP, a realizar el negocio de barcaza para despachar combustibles a otros barcos en la bahía de Panamá.
Sin embargo, la empresa promociona internacionalmente el barco Monjasa Thunder como un barco de almacenamiento flotante de combustible, algo que está prohibido en Panamá. Monjasa también anunció la intención de importar y entregar productos con el barco.
Panamá América detalló cómo la empresa Monjasa introdujo a Panamá la embarcación Monjasa Thunder desde África, con dimensiones tres veces más grandes que una barcaza de despacho de búnker.
Afirmó que el trámite de los permisos para que este barco operará en Panamá se dio en tiempo récord. La AMP autorizó incluir el Monjasa Thunder en la licencia de operación de la empresa Stward Inc., de Torres.
Durante la gestión de Araúz, Torres además se benefició con grandes contratos como el permiso de uso de un muelle en el astillero de Balboa y el contrato de alquiler exclusivo de las lanchas que transportan a los inspectores de marina mercante.
En medio de esas concesiones, bajo el beneficio de la exclusividad, Torres quedó siendo parte de la directiva de la empresa Monjasa de capital extranjero.
Expertos consultados por Panamá América afirmaron que todas las terminales de almacenamiento deben tener su licencia de zona libre emitida por la Secretaría de Energía, y todo el producto que sea importado al país debe pasar por los terminales de zona libre autorizados y estar declarado con la Secretaría de Energía y la Dirección General de Ingresos.
Monjasa en ningún momento se ha acercado a la Secretaría de Energía para solicitar licencia o consulta alguna para operar bajo el marco legal, constató el rotativo.
Precisó que esta actividad también estaría incurriendo en competencia desleal dentro del mercado, ya que, al utilizar supuestas evasivas, eludirían los pagos a las terminales, lo cual pone en riesgo el comercio, inversiones internacionales y locales, así como el empleo de más de 1,000 personas que laboran directamente en dichas terminales.
Eso sin mencionar que las inversiones realizadas por empresas locales dentro de las terminales quedan sensitivamente comprometidas.