Ha conseguido validar su cuarto mandato y acumula 24 años en que ha regido Ruanda con mano de hierro
Paul Kagame ha ganado las elecciones presidenciales de Ruanda con un 99,15% de los votos. Nadie dudaba de la victoria del hombre que comenzó a gobernar Ruanda como vicepresidente en 1994, para convertirse en presidente indiscutible desde el 2000 hasta la fecha y que este martes celebra su cuarto mandato consecutivo, informaron medios de prensa internacional.
La credibilidad de los resultados es relativa. Y la activista política ruandesa, Nadine C. Kasinge, indicó en su cuenta de X tras conocerse los resultados que “si Paul Kagame no puede permitirse una competición electoral creíble, es porque sabe muy bien que no puede ganar. Es tan simple como eso”.
Debe tenerse en cuenta que la carrera electoral ha estado marcada por las irregularidades habituales bajo el régimen de Kagame, donde el mejor ejemplo puede encontrarse en la familia Rwigara, cuyos miembros han sido o son opositores políticos de gran notoriedad frente a Kagame.
El padre, Assinapol Rwigara, sufrió un accidente de tráfico que acabó con su vida en el 2015, la hija mayor, Anne Rwigara, falleció en el 2023 por “un fallo multiorgánico”, y a la hija menor, Diane Rwigara, le fue vetado presentarse a las elecciones de este año, igual que se le prohibió hacerlo en el 2017.
Esa historia se repite de forma similar con un cúmulo de opositores políticos, activistas y periodistas ruandeses.
El lado oscuro de la moneda se encuentra en el país vecino. Numerosos informes de Naciones Unidas indican que Kagame financia, arma y entrena desde hace años al grupo rebelde M23, que opera en el este de República Democrática del Congo y que ha provocado una grave crisis interna de desplazados.
Asimismo, periodistas y organizaciones internacionales han demostrado en repetidas ocasiones que la mayoría del oro congoleño se cruza por medio del contrabando a Ruanda, de manera que el 30% de las exportaciones del país africano se deben a ese metal, sin que haya una sola mina de oro en suelo ruandés.