Japón vive su peor jornada desde 1987 ante la subida del yen y el Nasdaq Composite arranca con un desplome del 6,2%
Los inversores han activado el botón de pánico ante la posible entrada en recesión de la economía de Estados Unidos, lo que ha deparado una sesión de fuertes pérdidas en las bolsas de todo el mundo, informó el diario español El País.
En la apertura de Estados Unidos, el Nasdaq Composite inició con una caída del 6,2% y el S&P 500 retrocede un 4%. Pero el detonante de las caídas ha sido el histórico desplome de la Bolsa japonesa: el índice Nikkei se ha hundido un 12,4% en la que se ha convertido en su peor jornada desde 1987.
El detonante de los miedos, con todo, se activó el pasado viernes con la publicación de un débil dato de empleo en Estados Unidos.
En julio el país creó 114,000 puestos de trabajo, por debajo de los 175,000 que esperaba el mercado, y aumentó en dos décimas la tasa de paro, hasta el 4,3%.
Dos cifras que suponen un jarro de agua fría para unos inversores que confiaban en la fortaleza de la primera economía mundial, que podía capear los altos tipos de interés sin entrar en recesión.
Ahora los mismos inversores temen que la decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés hasta septiembre, como sugirió su presidente, Jerome Powell, en la reunión de julio, agrave el enfriamiento económico.
Con todo, y como es habitual en los mercados, la caída llega sobre un terreno ya abonado: Las fuertes valoraciones a las que cotizan las grandes empresas tecnológicas, que han protagonizado las alzas de Wall Street. Los denominados siete magníficos -Nvidia, Alphabet, Microsoft, Apple Meta, Amazon y Tesla- lideraron las alzas en el 2023 y han continuado también su rally en los siete primeros meses ante el furor que despierta la inteligencia artificial.
Sin embargo, los elevados niveles a los que cotizan también han sembrado dudas, toda vez que los resultados no han estado a la altura de las previsiones en algunas compañías.
Desde UBS explican que “el viento de cola de la IA ha comenzado a flaquear a medida que los inversores han comenzado a perder la paciencia en los plazos de monetización de las inversiones”.
Aún así, consideran que “no hay indicios de que las empresas se estén echando atrás en sus planes de inversión” y apuntan a que los inversores han aprovechado para acelerar la rotación de sus carteras hacia valores defensivos.
Junto al optimismo tecnológico y la fortaleza de la economía de Estados Unidos han desatado este año un exceso de confianza: El llamado índice del miedo, el Vix, que mide lo que pagan los inversores por protegerse del riesgo de caídas en Wall Street, ha cotizado en niveles históricamente muy bajos.
Esta mañana de lunes se ha disparado hasta 35 puntos, nivel no visto desde la pandemia del 2020.
La fuerte caída de la Bolsa japonesa, por su parte, obedece a la subida del yen en las últimas jornadas, después de que el Banco de Japón subiera los tipos de interés el pasado 31 de julio.
El alza de la divisa, que ha ganado un 13% contra el dólar, ha castigado a los inversores que se endeudaban en yenes para invertir en activos de Europa y Estados Unidos, aprovechando el diferencial de tipos de interés.
Las pérdidas en esta estrategia, denominada carry trade, han obligado a esos grandes inversores a reducir sus posiciones de riesgo, arrastrando en su caída a los inversores minoristas nipones y despertando los fantasmas de una gran tormenta financiera en el resto del mundo. El yen, de hecho, marca este lunes una caída de más del 2,5%.