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¿Podría el sexismo de los estadounidenses hundir la carrera de otra mujer hacia la presidencia?

¿Podría el sexismo de los estadounidenses hundir la carrera de otra mujer hacia la presidencia?
Foto/EFE.

Las personas con actitudes negativas hacia las mujeres tienen muchas menos probabilidades de apoyar a Harris como presidenta

Desde que Joe Biden abandonó la carrera presidencial el 21 de julio y apoyó la candidatura de Kamala Harris, la campaña de la vicepresidenta estadunidense ha generado un entusiasmo y una atención generalizados, de acuerdo a un análisis publicado en el medio estadunidense The Conversation.

Rápidamente se convirtió en la candidata presidencial demócrata oficial y eliminó la ventaja que Donald Trump tenía sobre Biden en las encuestas nacionales y en estados indecisos.
Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, también han atraído a decenas de miles de simpatizantes a sus recientes mítines en Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada.

Foto/EFE.

Aunque las cosas podrían cambiar radicalmente en los próximos dos meses, existe una posibilidad real de que Estados Unidos elija por fin a su primera presidenta.

Pero en una encuesta que realizamos en agosto, después de que Harris se convirtió en la posible candidata demócrata, descubrimos que el sexismo sigue siendo una fuerza poderosa en la política estadunidense.

Sí, las cicatrices de la campaña del 2016, en la que el sexismo desempeñó un papel clave en la derrota de Hillary Clinton por Trump, siguen abiertas para los demócratas. Pero muchos esperan que Estados Unidos haya cambiado y acepte mejor a las mujeres en puestos de liderazgo.

EFE/EPA/John G. Mabanglo

A primera vista, la encuesta que hemos hecho recientemente entre mil adultos, representativa a nivel nacional, apoya este argumento: 51% de los estadounidenses están de acuerdo con la afirmación “Estados Unidos está preparado para su primera presidenta afroamericana”. Solo 23% se mostró en desacuerdo.

Aun así, algunos republicanos parecen pensar que pueden ganar haciendo que el género se convierta en un tema para tratar durante la campaña. Esto queda patente en la retórica machista que Trump y otros republicanos utilizan al hablar de Harris.

Trump, que tiene un largo historial de declaraciones sexistas, afirmó que los líderes extranjeros considerarían a Harris como un “juguete”, se refirió a ella como poco inteligente, y últimamente ha empezado a hacer comentarios sobre su aspecto.

Donald Trump. Foto/EFE.

Tanto The Associated Press como The New York Times han informado, basándose en fuentes anónimas, que también ha llamado “zorra” a Harris en privado, aunque el portavoz de Trump negó que utilizara ese término.

¿Resultarán contraproducentes estos intentos de explotar el sexismo como estrategia electoral? O, después de todos estos años, ¿seguirá estando fuera del alcance de una mujer superar los estereotipos sexistas y alcanzar el cargo más alto de Estados Unidos?

Somos politólogos que estudiamos el papel de la identidad en la política estadounidense y que realizamos encuestas que analizan el punto de vista de los estadounidenses con respecto al género y hasta qué punto el sexismo sigue calando entre los ciudadanos.

 EFE/ Ángel Colmenares

Hemos realizado dos encuestas nacionales este año. Una en enero del 2024, cuando Biden aún estaba en la carrera electoral, y otra en agosto del 2024, cuando Harris ya se perfilaba como la candidata demócrata.

En cada una de ellas encuestamos a 1,000 adultos mayores de 18 años y les preguntamos qué pensaban de las elecciones, sus opiniones políticas y sus actitudes hacia diversos grupos de la sociedad.

Con el cambio de liderazgo en la candidatura demócrata, podemos evaluar mejor el impacto del sexismo en la elección del voto en las presidenciales comparando los resultados de enero, cuando la carrera contaba con dos candidatos masculinos, con los de agosto, cuando Harris irrumpió en ella.

EFE/ Allison Dinner/nathan Howard

En ambas encuestas, preguntamos primero a los encuestados a qué candidato votarían si las elecciones presidenciales se celebraran hoy.

Para medir el sexismo, preguntamos a los encuestados si estaban de acuerdo o en desacuerdo con una serie de tres afirmaciones que expresan prejuicio, resentimiento y animadversión hacia las mujeres, o lo que los politólogos llaman “sexismo hostil”.

Esas afirmaciones eran: “Las mujeres buscan ganar poder controlando a los hombres”, “Las mujeres se ofenden con demasiada facilidad” y “Las mujeres exageran los problemas que tienen en el trabajo”. Un mayor apoyo a estas afirmaciones indicaba opiniones más sexistas.

Debido en parte a la retórica sexista de Trump a lo largo de sus campañas y su presidencia, las actitudes sexistas están estrechamente vinculadas a las preferencias electorales.
Por regla general, en las últimas elecciones los individuos más sexistas han tendido a decantarse por los candidatos republicanos.

El sexismo hostil, tal como lo medimos, le costará votos a Harris. Aunque su efecto ya se notaba en enero, una vez que Harris se ha convertido en la candidata demócrata esto se ha hecho todavía más evidente.

Nuestro análisis muestra que las personas con actitudes negativas hacia las mujeres tienen muchas menos probabilidades de apoyar a Harris como presidenta. Está por ver si la campaña de la candidata demócrata es capaz de sortear con éxito esta realidad.

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