El plan de Starmer prevé poder concentrar la jornada laboral semanal pero no recortarla
El gobierno laborista de Keir Starmer se plantea conceder a los británicos el derecho a solicitar trabajar cuatro días a la semana en vez de cinco a fin de facilitar el empleo flexible, según adelantan este viernes los medios británicos de locales.
Los empleados, no obstante, deberán trabajar la jornada laboral semanal completa para recibir el total de su salario, pero tendrían la opción de comprimirlas en los cuatro días semanales.
Se espera que este plan sea dado a conocer en detalle tras el comienzo la próxima semana del curso parlamentario y estaría contenido en un proyecto de ley sobre derechos de los trabajadores. Un portavoz del Ministerio de Comercio y Negocios resaltó que “cualquier cambio en la legislación laboral será consultado, trabajando en asociación con las empresas”.
En virtud de la actual legislación, los empleados tienen derecho a solicitar trabajo flexible, que puede incluir trabajo a tiempo parcial, horarios de entrada y salida flexibles o trabajo desde casa, pero los empleadores pueden denegarlo en ciertas circunstancias, como puede ser si tiene un coste adicional para la compañía.
Esa propuesta de flexibilidad laboral sin coste empresarial se incluye en el paquete de estrategias que el laborista pretende implementar para mejorar el crecimiento económico, que se tambalea tras el Brexit. Starmer anunció esta semana que el Presupuesto del próximo ejercicio, que se presentará el próximo 31 de octubre, será “doloroso” por las decisiones “impopulares” que el Ejecutivo deberá adoptar para hacer crecer la economía.
Las soluciones laboristas para enmendar la economía distan mucho de parecerse a una agenda próxima a postulados progresistas y está más bien marcada por la ortodoxia económica liberal. En un discurso pronunciado en los jardines de Downing Street -sede del Ejecutivo-, Starmer prometió que se centrará en la creación de riqueza y en el crecimiento económico nacional aunque, para ello, tendrá que tomar “medidas duras”.
El líder laborista dijo que su Ejecutivo adoptará “decisiones que no son populares si esto beneficia al país en el largo plazo” y avisó que la situación en las finanzas del país “tendrá que empeorar antes de mejorar”.
Mientras en España, por ejemplo, se negocia el recorte efectivo de la jornada laboral con el mismo salario, en Reino Unido se plantea una mayor flexibilidad desde la perspectiva que el empleador no sufra más costes salariales ni obligación de incrementar la productividad por la vía de nuevas inversiones en medios de producción.