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Riberas del Canal enfrentan avance de la urbanización

Riberas del Canal enfrentan avance de la urbanización
Foto: A. Internacional.

La franja que constituía las antiguas reservas militares en el Canal ha perdido 895 hectáreas durante los últimos 24 años

Unas 185 hectáreas de bosque fueron deforestadas para la construcción de la recién inaugurada carretera Arraiján- Panamá. El sector impactado por esa obra incorpora otros componentes de infraestructura como el intercambiador de Howard, el viaducto y túnel bajo el Canal para habilitar la Línea 3 del Metro de Panamá, y el cuarto puente sobre el Canal, informó el diario La Estrella.

La investigación, firmada por Carlos Gordón, señala que el impacto de esos proyectos de infraestructura debe valorarse en el trasfondo de dos eventos ocurridos durante esta semana.

El primero, el informe presentado por parte de MiAmbiente en el que se indica que entre 2022 y el 2023 se han perdido en Panamá más de 350,000 hectáreas de bosque (4% de la superficie del país), cifra que revela una ‘crisis ambiental alarmante’.

 

Foto: A. Internacional.

El segundo evento, la apertura a la circulación de tres nuevos carriles que forman parte de la ampliación de la carretera Arraiján- Panamá, la cual, en su primer día de funcionamiento, el pasado miércoles, se encontraba congestionada desde las 3pm por el tráfico en dirección a Arraiján.

Esa crisis ambiental y crisis de la movilidad es consecuencia de la ausencia de planificación urbana y territorial. Los desarrollos urbanos de Arraiján, con 300,000 habitantes en 26,000 hectáreas, y La Chorrera con 260,000 habitantes en 22,000 hectáreas. Eso da como resultado una extrema dispersión urbana -con densidades inferiores a 15 habitantes por hectárea y distancias de recorrido del trabajo al hogar de más de 40 kilómetros diarios.

Entre el 2010 y el 2023 la población de los distritos de Arraiján y La Chorrera aumentó en 175,000 personas y 17,000 nuevas hectáreas de suelo urbanizado.

En síntesis, esta crisis ambiental, urbana y de movilidad está en gran medida condicionada por subsidios como el interés preferencial y el fondo solidario de vivienda, que estimulan la generación de nueva vivienda en la periferia, mientras dejan centros urbanos cada vez más vacíos y deteriorados.

 

Los promotores eligen la periferia porque allí obtienen mayores beneficios por unidad , pues esa localización les permite acomodar complejos más grandes y reduce los tiempos de aprobación”, dijo un estudio del BID en el 2017.

 

Sin embargo, no se ha respetado el plan de desarrollo y uso de la región interoceánica aprobado en 1997 que define la existencia de áreas silvestres protegidas y la existencia de ‘bosques protectores’ tanto en los sectores Atlántico como Pacífico del Canal.

Esa franja boscosa constituye, según afirma el sociólogo Stanley Heckadon, ‘un seguro de vida’ que permite el funcionamiento de la ruta interoceánica y el abastecimiento de agua potable para la principal área metropolitana de Panamá. Estos bosques han crecido casi inalterados, luego de la expulsión de la población residente en la ruta transístmica, en 1912.

 

Foto: A. Internacional.

A pesar de la importancia de la conservación de estos recursos, el análisis de los datos de cobertura boscosa del 2000 al 2023, muestra el impacto negativo que ha tenido el desarrollo urbano en la franja canalera.

La franja que constituía las antiguas reservas militares de la desaparecida Zona del Canal ha perdido 895 hectáreas durante los últimos 24 años.

La construcción de nueva vialidad no solucionará el problema de la movilidad de los centros urbanos del oeste.

Se requiere el desarrollo de una estrategia que ponga freno al exacerbado y desordenado crecimiento de las urbanizaciones periféricas, recupere los centros urbanos y fomente su reactivación como centros económicos y de generación de vida urbana, y establezca sistemas de transporte público, modernos y eficientes.

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