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Kamala Harris puso a Donald Trump a la defensiva en un áspero debate

Kamala Harris puso a Donald Trump a la defensiva en un áspero debate
Kamala Harris - Donald Trump

Encuesta de CNN entre quienes miraron el debate revela que un 63% dijo que Harris había ganado la contienda, mientras que un 37% se inclinó por Trump

Ella pisó el escenario, se dirigió directamente hacia su oponente y le extendió la mano: “Soy Kamala Harris. Tengamos un buen debate”, se presentó, porque era la primera vez que se veían las caras, informó el diario argentino Clarín.

Donald Trump pareció dudar, pero le correspondió el saludo: “Encantado de verla”, dijo. Y así comenzó el crucial encuentro televisivo en la turbulenta carrera por la presidencia de los Estados Unidos donde los candidatos se sacaron chispas con un Trump que lució por momentos enojado y a la defensiva y con Harris que logró superar con claridad su primer enorme test electoral.

Una encuesta rápida de CNN entre quienes miraron el debate reveló que un 63% dijo que Harris había ganado la contienda, mientras que un 37% se inclinó por Trump. Y había pasado de imagen favorable de 39% a 45% después del debate.

Hubo de todo: Harris azuzó a su rival y recordó a los espectadores que Trump es un delincuente convicto y lo acusó de ser amigo de dictadores y que es “débil” y antidemocrático. El la calificó de radical izquierdista, de ser “la peor vicepresidente de la historia”, y que ahora se había “vuelto negra”, en relación a su ascendencia jamaiquina.

El candidato presidencial republicano Donald J. Trump y la candidata presidencial demócrata a la vicepresidencia de EE.UU. Kamala Harris durante el debate presidencial organizado por ABC News en el National Constitution Center de Filadelfia, Pensilvania, EE.UU. EFE/ Demetrius Freeman / POOL

También aseguró que las políticas de la demócrata provocaron una “peligrosa invasión” de inmigrantes indocumentados que incluso “se comen perros”, una teoría conspirativa conservadora que circula en las redes.

Pero más allá de las acusaciones, Harris buscó dar un mensaje de futuro a los televidentes y buscar un perfil propio porque ella era la que debutaba en un debate presidencial: “Claramente no soy Biden y no soy Trump. Lo que ofrezco es una nueva generación que lidere este país”, dijo, y propuso “comparar los planes” de gobierno.

Había enorme expectativa por este cara a cara organizado por la cadena ABC, en el National Constitution Center en Filadelfia, Pennsylvania, un estado fundamental para ganar las elecciones del 5 de noviembre.

Es difícil ver cómo impactará el debate en los indecisos. Pero Trump fue Trump y ella estuvo sólida. Claramente no hubo algo que inclinara drásticamente la balanza.

La economía tomó buena parte del debate porque es la principal preocupación de los estadunidenses, sobre todo la inflación. Kamala arrancó nerviosa este tramo. Ella dijo que quería crear una “economía de oportunidades” y acusó a Trump de “no tener un plan”. “Lo único que hace es defenderse a sí mismo y no a usted”, dijo dirigiéndose a los televidentes.

El expresidente Donald J. Trump durante el debate. EFE/EPA/WILL LANZONI.

Trump dijo que en su gobierno no había inflación y que la economía actual era “terrible”. “La peor de la historia de la nación”, un “desastre para la gente”, señaló. Y dijo que él había creado “una de las mejores economías en la historia del país”. Ella dijo que lo que hizo la administración demócrata “fue limpiar el desastre de Trump”.

El republicano buscó atacar la credibilidad de Harris, marcando algunos temas en los que ella había cambiado de opinión sobre todo en cuestiones de impacto ambiental como la prohibición del fracking o la obligación de las automotrices de producir solo autos eléctricos para 2035, que antes apoyaba y ahora no.

Ella miraba a Trump y sonreía y a veces negaba con la cabeza y a veces podía leerse claramente en los labios: “no es verdad”, cuando escuchaba algo de Trump. El republicano apenas la miró en toda la noche.

Pero igualmente ella logró sacarlo de las casillas en varios momentos, en temas que le duelen. Como por ejemplo cuando dijo que la gente se estaba yendo de los actos del republicano porque eran “aburridos”.

Harris tenía la misión urgente, sobre todo, de dar a conocer sus propuestas porque los sondeos indicaron que un 28% de los que aún no decidieron su voto quieren saber más sobre sus ideas. No pudo demasiado, pero propuso comparar los planes de gobierno.

Aprovechando ese hueco, Trump buscó toda la noche definirla como una “izquierdista” que llevaría a Estados Unidos al socialismo. La llamó “marxista” y resaltó el historial de su padre como académico. “Su padre es un profesor marxista de economía”, dijo Trump.

Kamala Harris. Foto/AFP.

Era de esperar que Trump disparara sobre Harris por la inmigración, uno de los puntos más débiles de la candidata, que tuvo la difícil misión de disminuir la migración desde Centroamérica pero no tuvo éxito.

La vicepresidenta eligió intencionalmente la pelea, sacando a relucir las acusaciones pendientes contra Trump y sus condenas por delitos graves en Nueva York. El exmandatario contraatacó, acusando infundadamente a Harris y a la administración Biden de “convertir al gobierno en un arma” para enjuiciar a su oponente político.la defensiva en temas clave.

Harris ganó solvencia cuando atacó a Trump por el aborto, un tema que el republicano prefiere evitar porque las encuestas indican que la mayoría está a favor del derecho a la interrupción del embarazo.

“Los demócratas son radicales con eso”, dijo Trump, y agregó que ellos quieren “que se pueda abortar a los nueve meses e incluso después”. Kamala miraba espantada y negaba con la cabeza cuando Trump la acusaba de algo que los demócratas claramente no defienden.

Cuando le preguntaron a Trump si se arrepentía de su accionar en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2020, dijo que él no había hecho nada y acusó a la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi de no haber hecho su trabajo. Y ella habló a la audiencia: “Yo estaba allí”, dijo y clamó: “No volvamos a esto, no volvamos atrás”.

Cuando se apagaron las luces, luego de 90 minutos de duro debate, Trump enseguida abandonó el escenario por un lado y ella se fue por el otro. Al final, no hubo saludos.

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