Abre una nueva etapa y prevé otro medio punto de recorte antes de que acabe el año
Estados Unidos ha empezado ya a poner fin a una era: La que durante más de cuatro años ha estado luchando contra la inflación con altos tipos de interés.
Este miércoles, la Reserva Federal ha anunciado un recorte de medio punto en el precio del dinero. La bajada se daba por garantizada pero hasta el anuncio había suspense si el recorte sería de un cuarto de punto o medio. Y con la incógnita despejada, los tipos situados en una horquilla de entre 4,75 y 5%, y previsiones de realizar otro recorte de medio punto antes de que acabe el año se abre una nueva etapa, informó el medio catalán El Periódico.
El recorte es una noticia a la que sin duda dará la bienvenida Kamala Harris, la vicepresidenta y candidata demócrata, uno de cuyos puntos débiles es el desencanto ciudadano con los altos precios que han marcado la presidencia de Joe Biden, que explota además el expresidente y candidato republicano Donald Trump.
Y hay una desconexión entre el sentimiento de los estadounidenses con la situación económica, el tema que más les preocupa a la hora de votar, con los datos macroeconómicos que muestran buenos resultados de las políticas de Biden.
Es difícil, no obstante, que la decisión de este miércoles tenga un impacto inmediato que vaya a cambiar el sentimiento de los votantes y desde luego no minimizará los ataques de Trump. Y de hecho este martes, incluso antes del anuncio de la Fed, Trump criticaba en un acto electoral en Michigan la rebaja como una decisión “política” y la enmarcaba como señal de que la economía “no está bien”.
En respuesta a la crisis que abrió la pandemia de covid, el banco central estadounidense empezó a subir los tipos y, a un ritmo y dimensión sin precedentes (5,25 puntos entre marzo del 2022 y julio del 2023) los llevó a su lugar más alto en dos décadas, donde se mantuvieron mientras se intentaba ralentizar la economía y reducir la inflación.
El organismo que preside Jerome Powell logró enfilar así el control de precios, con la inflación contenida hasta el 2,5% internual en agosto, muy lejos del 9,1% que alcanzó en verano del 2022.
A la vez el mercado laboral se ha ido enfriando, con el último dato de paro en EEUU situado en el 4,2%. Y ahora la Fed, con su doble mandato de control de precios y empleo, envía señales de que pone el foco en proteger el mercado laboral.
Pocas veces en los últimos tiempos había habido tanta incertidumbre alrededor de una decisión de la Fed, aunque en este caso sea haya sido no ya por una bajada que se daba por segura, por la que algunos de los consejeros de la Fed ya abogaban en julio, y que ya adelantó en la reunión de Jackson Hole. Powell (que dijo literalmente: “ha llegado el momento de ajustar la política”) sino sobre de cuánto sería. Y en las dos opciones que barajaban la mayoría de analistas y expertos había argumentos.
Al recorte de solo un cuarto de punto, por ejemplo, se le veía la ventaja de que podría evitar una aceleración económica que podía provocar nuevas subidas de precios. El de medio punto, en cambio, se leía como una señal clara de la Fed de que quiere proteger el mercado laboral. Al final se ha impuesto el recorte más agresivo.