Han tenido lugar un día después del ataque masivo que dejó al menos 12 muertos y en torno a 2,800 heridos en el país
La confusión vuelve a apoderarse del Líbano. Alrededor del país, decenas de dispositivos electrónicos de comunicación han vuelto a explotar de forma simultánea, apenas 24 horas después de que un ataque masivo que hizo detonar miles de buscapersonas y acabó con la vida de 12 personas e hiriera a 2,800, informó el diario catalán El Periódico.
Por ahora, al menos tres personas han perdido la vida en la zona oriental del valle de la Becá y más de un centenar han resultado heridas. En este caso, se trataría de emisoras tipo walkie talkie, aunque hay informaciones que indican que teléfonos móviles, ordenadores portátiles e, incluso, paneles solares podrían haber explotado también.
Apenas un cuarto de hora después de que terminara el funeral de las víctimas por el ataque del martes, entre las cuales se contaba un niño de ocho años, se ha desatado el caos cuando nuevos dispositivos han explotado. Los centenares de personas que han acudido a apoyar a las familias en duelo han gritado y empezado a correr ante el sonido de las detonaciones.
El pueblo libanés no se ha podido recuperar de la conmoción del día anterior cuando ha vuelto a ser atacado. De nuevo, los dispositivos han explotado en espacios públicos y residencias privadas. El impacto de la detonación ha provocado incendios en hogares y negocios, y ha destrozado vehículos aparcados sin sus conductores dentro.
Las autoridades libanesas y Hezbolá han denunciado que las explosiones del martes fueron obra de Israel y han asegurado que habrá una respuesta, si bien desde el régimen israelí no se han pronunciado aún al respecto.
La agresión del día anterior, la “mayor brecha de seguridad” sufrida por Hezbulá, según un funcionario anónimo, podría haber sido adelantada por los servicios secretos israelíes después de que dos miembros del partido supuestamente descubrieran que los buscapersonas estaban manipulados.
En teoría, iba a formar parte de la guerra total con la que amenazan los israelíes desde hace tiempo, pero, por el momento, ni a los ataques del martes ni del miércoles les han seguido grandes cantidades de bombardeos como ocurriría en caso de un conflicto abierto.