Por Darién están pasando personas de 95 nacionalidades que van, desde venezolanos, que son el 63%, hasta africanos y asiáticos
El drama migratorio del Darién, frontera natural entre Colombia y Panamá, no solo afecta a ambos países porque por la ruta pasan personas de 95 nacionalidades, afirmó este viernes en Madrid el vicecanciller colombiano, Jorge Rojas, que apostó por la cooperación para atajar la crisis.
Rojas, que se encuentra de visita en España, resumió en tres palabras la política de Bogotá sobre la situación en el Darién: Prevenir, proteger a los inmigrantes y disuadir, “en el sentido de cooperar con los países”, dijo en una tribuna EFE-Casa de América.
El nuevo gobierno panameño considera que el problema no solo constituye una crisis humanitaria sino de seguridad y ha aplicado una agresiva política de contención, que incluye la instalación de vallas de alambre con púas de unos 4.7 kilómetros.
Otra de las medidas es el acuerdo con Estados Unidos para que financie vuelos de devolución de migrantes.
“Esto no es un asunto solo de Panamá, ni solo de Colombia. Por Darién están pasando personas de 95 nacionalidades que van, desde venezolanos obviamente, hasta africanos y asiáticos”, afirmó durante la entrevista con la directora del departamento de Información Internacional de la agencia EFE.
“Buscamos fórmulas, queremos concertarlas con cooperación”, añadió.
La crisis migratoria del Darién fue analizada recientemente en la reunión del mecanismo tripartito que mantienen Colombia, Panamá y Estados Unidos, pero es también objeto de diálogo entre las cancillerías de la región, como Chile, Ecuador o Perú, apuntó Rojas.
“Esto va a generar un nuevo desafío para la democracia. Las migraciones aquí en Europa, en América Latina, en la frontera entre México y Estados Unidos se convierten en un gran desafío. Para ver hasta donde somos capaces de entender la diversidad, entender al otro y a la otra, incluirlos”, señaló.