Cuatro años después los procesos judiciales desarrollados no hayan conducido a la sanción a los autores materiales e intelectuales
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió este viernes al Estado costarricense no dejar impune el homicidio del líder indígena Jehry Rivera, luego de que un tribunal absolviera por dudas al único sospechoso, informó la agencia EFE.
La Organización pide al país tomar las acciones necesarias para no dejar este asesinato en la impunidad y evitar nuevos actos de violencia contra la integridad de los pueblos indígenas y sus territorios”, indica un comunicado de la oficina de la ONU en Costa Rica.
La ONU lamentó que “transcurridos más de cuatro años del asesinato del líder y defensor de los derechos de los pueblos indígenas, Jehry Rivera, los procesos judiciales desarrollados no hayan conducido a la sanción a los autores materiales e intelectuales, así como a la reparación de daños por este crimen, manteniéndolos bajo un marco de impunidad”.
Un hombre de apellidos Varela Rojas había sido condenado en febrero pasado a 20 años de cárcel por este crimen, pero el juicio se tuvo que repetir debido a una apelación. El nuevo juicio comenzó el pasado 19 de agosto y concluyó el 19 de septiembre con la absolutoria por dudas.
La fiscalía estudiará el fallo completo cuando esté disponible con el fin de presentar una apelación.
Los hechos se remontan al 24 de febrero del 2020, en el territorio indígena de Térraba, en San Antonio de Buenos Aires, provincia de Puntarenas , cuando la víctima se encontraba en la vía pública, junto con otras personas.
De acuerdo con la Fiscalía, en horas de la noche, cuando circulaban al menos 40 personas en ese sector, algunas de estas intentaron agredir a Rivera, sin lograrlo.
No obstante, al menos tres personas sujetaron a Rivera, y luego Varela, también indígena pero de otra etnia, habría utilizado un arma de fuego y le disparó en dos ocasiones.
Este caso generó un gran revuelo en el país, pues Rivera era un reconocido dirigente indígena que luchaba por la recuperación de las tierras ancestrales en el sur de Costa Rica que están en manos de no indígenas.