Mulino ha emprendido un enfrentamiento directo contra las estructuras criminales protegida por el PRD
El grupo criminal desarticulado en la operación Jericó, recibía protección del gobierno perredista, estructura intocable de la que formaban parte funcionarios públicos miembros de estamentos de seguridad y hasta el hijo de un importante diputado de ese partido, informó el diario digital La Verdad.
Esa es la conclusión del experto en seguridad nacional, Felipe Pipe Camargo, tras un análisis del rompecabezas delictivo de la organización criminal de la que Rico Pineda, hijo del connotado diputado Raúl Pineda, formaba parte.
El exmayor de las desaparecidas Fuerzas de Defensa dijo a La Verdad Panamá, que el gobierno de José Raúl Mulino ha emprendido un enfrentamiento directo contra las estructuras criminales que previamente gozaban de la protección del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y que hasta escoltaba a esos elementos.
“El gobierno le está cayendo encima a las estructuras criminales que gozaban de algún nivel de protección. Se quedaron sin piso y sin techo”, aseguró.
Una de las acciones más significativas en este nuevo enfoque de seguridad ha sido la “Operación Jericó”, la cual, según el ex mayor, marca un cambio radical en la estrategia gubernamental para enfrentar y desmantelar organizaciones criminales locales.
“La operación Jericó fue un ataque táctico importante que descabezó a un sector de la mafia local”, destacó.
Camargo también hizo referencia a un fenómeno común en la dinámica del crimen organizado cuando hay un cambio de gobierno: la transición de poder entre bandas.
Según él, “cuando unos salen, otros entran”, y este cambio en el bajo mundo se resuelve con peleas internas, lo que ha derivado en un aumento alarmante de ejecuciones por sicariato en los primeros meses de la nueva administración.
“Se ha registrado un aumento alarmante de ejecuciones por sicariato. Esas acciones demuestran que hay una transición de las bandas que operaban bajo la protección del gobierno que se fue, por los cambios en los órganos de inteligencia y seguridad del Estado”, señaló.
Este vacío de poder ha sido aprovechado por pandillas emergentes que ahora intentan ocupar el espacio dejado por las organizaciones que perdieron protección política, especialmente en el lucrativo negocio del narcotráfico.
La operación Jericó ha tenido un “alto valor de impacto”, según Camargo, debilitando a las bandas aliadas al PRD saliente.
El exmayor advirtió que esta situación ha generado un nuevo escenario de competencia en el bajo mundo, donde “delaciones, chivatazos y ejecuciones” son las herramientas utilizadas por las pandillas para imponerse.
En este contexto, la violencia ha escalado, y Camargo subrayó que “el gran problema son los sicarios que continúan atacando, imponiendo su ley a su forma, y nadie lo está deteniendo”.
El experto en seguridad nacional instó al gobierno a revisar y fortalecer sus estrategias de seguridad e inteligencia. “Las tareas por delante son revisar las estrategias y métodos de inteligencia, adaptarlas a los cambios que se vienen produciendo en el bajo mundo, y alinear las lealtades dentro de las Fuerzas Públicas”, concluyó.