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López Obrador deja un México menos democrático y más violento

López Obrador deja un México menos democrático y más violento
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, participa durante una rueda de prensa este martes en Palacio Nacional en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez

Con 30,000 asesinatos al año, el sexenio de AMLO es el más sangriento

México se prepara para decir adiós a su presidente más singular de las últimas décadas. Andrés López Obrador, un gobernante sui generis, deja un México con importantes cambios en favor de las clases más desfavorecidas, pero también incógnitas sobre el devenir democrático en los próximos años y el aumento de la violencia. Le quedan horas como presidente de México, este martes, le pasará el bastón de mando presidencial a su discípula, Claudia Sheinbaum, informó el diario español La Razón.

López Obrador, líder político carismático que ha estado presente en la política de México desde la década de los 70, se retira de la vida pública activa con una aprobación que roza el 80% que se explica en sus múltiples medidas e iniciativas para combatir la pobreza en la que viven cerca de 50 millones de personas en México, casi el 40% de la población. Un porcentaje que ha disminuido notablemente durante su mandato.

“Por el bien de todos, primero los pobres”, es una de las frases emblemáticas de AMLO. Entre sus medidas estrella están la subida del salario mínimo, los cheques de ayudas sociales del Programa del Bienestar que reciben el 80% de los hogares mexicanos y el aumento de las vacaciones pagadas. Durante su sexenio se dio una variación real del salario mínimo de hasta el 110% según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.

“Andrés Manuel será recordado como un benefactor. Gobernó para hacer real la distribución de la riqueza a los estratos más bajos de la sociedad. Rescató que las grandes empresas del país tengan que pagar sus impuestos, antes se los perdonaban”, analiza para La Razón el profesor Javier Oliva Posada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, habla el 10 de septiembre de 2024, durante un acto protocolario en la Ciudad de México (México). EFE/Isaac Esquivel

López Obrador rompió con una hegemonía de más de 70 años del PRI en el poder, seguida por una breve etapa de bipartidismo entre el PRI y el PAN que replicó las mismas carencias. Sin embargo, preocupa que la consolidación de Morena -cuyas filas está repletas de Priistas reconvertidos- en todas las esferas de poder institucional vaya a perpetuar la falta de salud democrática que tanto quiso combatir AMLO.

Tras las elecciones del pasado mes de junio la separación de poderes está en cuestión.

El poder Ejecutivo será para la candidata de Morena, el partido oficialista también tiene la mayoría en las dos Cámaras legislativas y, por último, la reciente reforma del Poder Judicial -una reforma constitucional exprés aprobada gracias a la nueva supermayoría de Morena y sus aliados- permitirá que todos los jueces del país sean designados en elecciones populares, permitiendo que grupos de interés como partidos políticos o el crimen organizado puedan posicionar a sus candidatos en la judicatura.

La principal preocupación de los mexicanos sigue siendo la violencia e inseguridad después de seis años de fallida estrategia de “abrazos y no balazos”, la propuesta de AMLO para hacer frente al crimen organizado.

Su apuesta era combatir las razones de fondo que llevan a los jóvenes a sumarse a las bandas criminales en lugar de atacar directamente a los cárteles como habían hecho sus antecesores. Los datos de muertes violentas en México siguen siendo altísimos.

López Obrador argumentó que la decisión de Claudia Sheinbaum de no invitar al rey de España, Felipe VI, a su ceremonia de investidura es para “dejar de manifiesto que se debe respetar a México”. EFE/ Mario Guzmán

A pesar de descensos puntuales, las víctimas de asesinato se han mantenido por encima de los 30,000 muertos cada año. Al número de muertos oficiales hay que sumarle los que no se clasifican como homicidios pero que probablemente sí lo fueron, los cuerpos no recuperados que yacen en fosas comunes o los miles de desaparecidos en toda la geografía. El sexenio más violento de la historia de México.

A pesar de que ha hecho del combate a la corrupción política y al nepotismo su bandera, el pasado domingo, Morena nombró a Andrés Manuel López Beltrán, su segundo hijo, nuevo secretario de Organización del partido político que Andrés Manuel padre fundó en el 2011.

Andrés Manuel junior, mejor conocido como “Andy”, es discreto en lo mediático, pero hábil en las gestiones empresariales y políticas, ha estado a la sombra de su padre en los últimos años. Su reciente nombramiento dentro de la estructura de Morena podría apuntalarlo como candidato de Morena a la presidencia en el 2030.

“Primero Claudia, después Andy”, dicen algunos analistas. Solo el tiempo dirá si este es el adiós definitivo de López Obrador o solo un hasta luego.

 

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