“Por favor, denle la bienvenida a nuestro próximo presidente comandante en jefe, mi esposo, el presidente Donald J. Trump”, anunció la exprimera dama
Nadie le esperaba este domingo en el Madison Square Garden porque su nombre ni siquiera figuraba en la lista de oradores, pero allí apareció Melania Trump. La ex primera dama nunca ha escondido su falta de entusiasmo ante la carrera política de su esposo y rara vez se la ha visto durante la actual campaña electoral subida a una tarima.
Su nombre no suele constar en las agendas de los cientos de eventos de campaña que han tenido lugar en los últimos meses, ella simplemente aparece de repente, sin planes, como hizo este fin de semana en Nueva York.
En una “inusual aparición pública”, así han descrito su asistencia la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses, Melania fue la encargada de presentar a su marido en el icónico pabellón neoyorquino con un discurso que no pasó de los cinco minutos y en la que fue su la primera vez hablando sobre la candidatura presidencial de su marido, informó el diario español La Razón.
Carguemos juntos con una visión compartida que se base en la grandeza estadunidense”, dijo, siguiendo las notas del guion, “aprovechemos este momento y creemos un país para el mañana: el futuro que merecemos”.
Nueva York es una ciudad “implacable” dijo en su breve discurso, pero “lamentablemente, hoy en día, una calidad de vida en declive, sumida en una inestabilidad económica, dificulta que las empresas y el ingenio estadunidense florezcan entre los ciudadanos decididos que corren por las calles de la ciudad y entre oficinas, esforzándose por alcanzar el éxito”.
Con su característico acento yugoslavo, la exmodelo de 54 años presentó a su marido con un “por favor, denle la bienvenida a nuestro próximo presidente comandante en jefe, mi esposo, el presidente Donald J. Trump”.
Cuando el republicano subió al escenario, intercambiaron unos fríos besos en las mejillas y antes de abandonar la tarima, una distante Melania le dio unas palmaditas en la espalda a su marido, que parecía insistirle en que se quedara con él, lo que ella rechazó.
El evento de campaña se celebró muy cerca de su casa, en la Quinta Avenida. Era el primero al que asistía la exprimera dama más allá de su estelar aparición en los últimos minutos de la Convención Republicana que se celebró en julio en Milwaukee, Wisconsin.