,

¿Por qué no hay jornada de reflexión en Estados Unidos?

¿Por qué no hay jornada de reflexión en Estados Unidos?
Combo de fotografías de archivo donde se observa al expresidente de los Estados Unidos Donald Trump y a la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris. EE.UU. sancióno a varios medios de Rusia por ifnluir en las elecciones. Foto: EFE.

Limitar la difusión de mensajes políticos es una práctica imposible, porque atenta contra la Primera Enmienda de la Constitución

A diferencia de lo que ocurre en otros muchos países, Estados Unidos no tiene una jornada de reflexión antes de sus elecciones. En otros países, el día previo a los comicios está reservado para que los votantes se tomen un respiro y descansen del martilleo diario de los políticos, sus promesas y sus descalificaciones al contrario. Por ello, los llamamientos al voto y la propaganda electoral, además de otras medidas más estrictas, están por lo general terminantemente prohibidos, informó el diario español La Razón.

Sin embargo, esta circunstancia no forma parte del peculiar sistema electoral estadunidense, como se podrá comprobar de nuevo este lunes previo a las apretadas elecciones que dirimirán seguramente por un puñado de votos quién ocupará los próximos cuatro años el Despacho Oval, si la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump.

Una de las razones de la ausencia de la jornada de reflexión en Estados Unidos es su fuerte protección de la libertad de expresión.

Mañana los estadounidenses votarán para escoger al sucesor de Joe Biden. Foto: Archivo

La Primera Enmienda de la Constitución estadunidense garantiza ese derecho, lo que impide al gobierno restringir la difusión de mensajes incluso en los días previos a la votación. Cualquier intento de limitar las declaraciones políticas durante este tiempo podría ser visto como una violación constitucional.

En concreto, esta Primera Enmienda tan invocada en Estados Unidos establece que “el Congreso no hará ninguna ley por la que se instituya una religión, o que prohíba el libre ejercicio de la misma; o que coarte la libertad de expresión o de prensa; o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a solicitar al gobierno una reparación de agravios”.

Por todo ello, imponer un periodo de silencio electoral podría ser visto como una forma de censura, ya que impediría a los partidos políticos, candidatos o incluso a los ciudadanos expresar libremente sus opiniones o realizar campañas en ese tiempo.

En un país en el que los abogados tienen un papel tan determinante, cualquier intento de limitar estas expresiones está condenado a dirimirse en un proceso legal con pocas expectativas para el denunciante.

Por último, imponer una jornada de reflexión para todo el territorio estadunidense supondría un reto logístico difícil de abordar en un país con tantas regulaciones estatales. Cada estado tiene su propio conjunto de reglas y procedimientos electorales.

En lo que sí coinciden todos es en un concepto de la libertad de prensa que defiende a capa y espada la libre circulación de información, el debate sin límites y la concepción del votante como alguien con suficiente madurez como para decidir sin necesidad de ponerle puertas al campo de la información electoral.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *