En su primer mandato aplicó una estrategia de presión máxima contra la República Islámica, y esa política seguirá en pleno conflicto entre Irán e Israel
Irán insiste: tras la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de este martes, tanto la portavoz del Gobierno iraní como el presidente persa, Mesud Pezeshkian, han repetido la misma frase. Que a Teherán no le importa quién mande en Washington. Que para Irán todo sigue igual, no habrá ningún efecto y nada cambia: “No hay mucha diferencia” entre Trump, Kamala Harris y Joe Biden, informó el diario español El Periódico.
Pero no todo es tan fácil. La vuelta del multimillonario a la Casa Blanca, según los expertos, sí afectará -y mucho- a la República Islámica y al conflicto que protagoniza Teherán contra Israel en todo Medio Oriente.
“Creo que la administración de Trump será mucho más beligerante con Irán, sobre todo, por tres razones”, explica el analista Farzan Sabet, miembro del think tank Centro para la Gobernanza Global, con sede en Ginebra, Suiza.
“La primera es que el equipo de política exterior y seguridad nacional estadounidense estará probablemente compuesto por gente del ala dura. Segundo, porque la situación de seguridad en el Medio Oriente no deja de deteriorarse, y Estados Unidos e Irán están más cerca que nunca de un conflicto armado directo. Y tercero, por todas las informaciones existentes de que Irán ha intentado asesinar a Trump, ha hackeado gente cercana a él y ha intentado dañar su campaña. Todo esto, por supuesto, hace que Trump vea con muchos peores ojos el liderazgo en Teherán”, dice Sabet.
Irán ha tenido como objetivo el nuevo presidente estadunidense desde su primer mandato en la Casa Blanca. Fue Trump el que rompió, en el 2018, el acuerdo nuclear iraní, e impuso duras sanciones contra la economía persa.
En la actualidad, la economía iraní vive casi desconectada por completo del mundo. Tan solo sobrevive gracias a las exportaciones de crudo que realiza la República Islámica a China. Ese es, de hecho, uno de los aspectos que la nueva administración de Trump puede atacar e intentar sancionar en los próximos meses.
Pero, sobre todo, Irán ha buscado atacar a Trump por ser el responsable del ataque aéreo que asesinó en Bagdad al líder de las fuerzas de inteligencia iranís en el extranjero, Qasem Soleimaní, en enero del 2020. Entonces, la República Islámica prometió una vendetta personal contra Trump que aún no ha llegado.
Si alguien, en la región, celebró sin tapujos la victoria electoral de Trump, este fue sin duda el régimen israelí de Benyamín Netanyahu. Su gabinete ve a la futura administración republicana mucho más cercana y permisiva que Biden.